“A final de mes te preguntas: y tanto esfuerzo, ¿para qué?”
Esto es inasumible, la A d m i n i s t r a c i ó n presta un servicio que estamos pagando los farmacéuticos a costa de créditos”, dice Patxi Bello. En el 2008, Bello adquirió –previo crédito– la farmacia que su padre abrió en 1969 en Reus. Su carácter emprendedor le empujó a ampliar el horario, de ocho a trece horas, y para ello contrató a seis personas más. Ahora, no esconde su decepción: “A final de mes, cuando has pagado nóminas te preguntas: ¿tanto esfuerzo, para qué? Y dan ganas de bajar la persiana...”
La situación ha llegado al límite. Principalmente porque Patxi ha consagrado su vida a la farmacia. Porque tiene diez empleados (uno de ellos, en la fotografía) y todos se dejan la piel. Siente rabia e impotencia: “La crisis nos ha afectado como a todos: se vende menos y, además, los productos han bajado de precio, algunos un 50% de un día a otro, pero eso lo asumimos; sin embargo, que no te paguen por un servicio que sí has prestado... eso te hunde”, afirma.
El primer mes que la Generalitat se retrasó en el pago, el banco fue comprensivo. Pero la situación no ha hecho más que empeorar. Las facturas se acumulan y si en este momento Patxi tomara una decisión drástica y cerrara, las deudas le ahogarían, la Generalitat le debe más de 200.000 euros. “Nos están utilizando políticamente, unos responsabilizan a otros y nosotros estamos en medio”.
Por ahora, no ha despedido a nadie. Aunque la facturación ha bajado, el trabajo sigue siendo el mismo. “He- mos dejado de contratar a una persona en verano y los sueldos están congelados, pero el personal lo entiende”, afirma.
Su farmacia es la única en Reus que prepara fórmulas magistrales que vende a terceros. Eso le ayuda a disponer de líquido. Incluso así, ha tenido que reducir stock: “Pero tiene su peligro, porque si viene un cliente de un producto caro y dos veces le dices que no lo tienes, no va a volver...”, señala. Por ahora, no es partidario de dejar de dispensar medicamentos, aunque no lo descarta. “Tenemos que concienciar a la gente de lo que está ocurriendo, hacer visible el problema, recoger firmas...”, pero los días pasan y el crédito no da para más. / Sara Sans