El bucle de la Diagonal
El PP ha impulsado la incorporación de la reforma de esta avenida en el nuevo proyecto de inversiones de Trias
Con las palabras “reforma de la Diagonal”, el buscador Google de internet arroja 350.000 resultados aproximadamente. Pocos proyectos han dado tanto de sí en esta ciudad, en la que todavía se habla de urbanismo en el mercado o en las peluquerías.
El debate sobre este proyecto parecía haberse disipado tras el fiasco de la consulta en mayo del 2010, cuando todos los gestores de Barcelona aprendieron que el urbanismo es un arma peligrosa. El primero en tomar nota de la experiencia fue el alcalde Trias, que llegó a este mandato con el propósito de dedicarlo a estudiar las opciones de la reforma con calma para tener un proyecto preparado más allá del 2015.
Pero la realidad es la que es: el cierre de diversos establecimientos en el tramo central de la avenida en los últimos meses ha con- vertido la reforma en una urgencia en opinión de los propietarios de negocios de la zona, que han presionado al Ayuntamiento para que la acelere.
Trias se escudaba en la falta de un plan de inversiones para responder positivamente a los comerciantes hasta que Alberto Fernández Díaz, el líder del PP, decidió incluir este dossier municipal en las negociaciones con CiU para desbloquear un paquete de inversiones de más de 250 millones de euros, que habían quedado colgados con la prórroga de los presupuestos. El primer paquete, dotado con 103 millones, que se aprobará el próximo día 15 en el pleno no incluye este proyecto. Pero se da por hecho que el segundo sí asignará una cantidad, todavía por precisar, para la reforma de al menos un tramo de 400 metros de la avenida entre paseo de Gràcia y Francesc Macià. Los equipos de urbanismo están trabajando en el proyecto, en- samblando su propio plan y el que han presentado los comerciantes, en el que queda totalmente descartado el tranvía. El plan definitivo deberá definir la viabilidad y la cuantía de la obra.
Fuentes del Ayuntamiento dan por hecho que las obras podrían empezar antes de que termine el año y que no se reformará íntegramente la avenida entre paseo de Gràcia i Francesc Macià, sino sólo una parte, de unos 400 metros. Una idea que resulta difícil de imaginar si, como pretenden los comerciantes, hay que ampliar las aceras para que transitar por la Diagonal sea mucho más cómodo para los peatones y, en consecuencia, para los compradores. La Diagonal es una de las piezas más complejas y delicadas del urbanismo barcelonés. Pero hay prisa por resolver el problema.