TMB mantiene la presión contra un fraude a la baja
Un 3% de los pasajeros se cuela en el metro y el autobús de Barcelona, un nivel que la compañía considera asumible
Puertas deslizantes en lugar de tornos en el metro, multas altas, más controles y más vigilancia se conjugan para mantener en niveles relativamente bajos el fraude en los autobuses y el suburbano barcelonés. TMB piensa mantener la presión contra el fraude que intensificó a partir del 2010, cuando se advirtieron unas cifras de viajeros sin billete muy altas que se han reducido a la mitad en el caso del metro.
El número de viajeros sin billete volvió a bajar ligeramente en el metro a lo largo del año 2012, mientras que en los autobuses se contabilizó una ligera subida, matizada porque el recuento de gente que se colaba se hizo en octubre coincidiendo con algunas jornadas de huelga. El enfado por las molestias de la huelga animó a usuarios del bus a viajar gratis.
Los datos del estudio anual sobre fraude que lleva a cabo TMB señalan que en el metro un 3,09 por ciento de los viajeros no lleva billete. Es una proporción ligeramente más baja que el 3,45% observado un año antes, pero ya por debajo de la mitad de lo que se advirtió en el 2009 y encendió alarmas: un 6,63% de fraude.
Los resultados del informe se basan en el recuento de gente que no cancela el título de viaje. Es un recuento que se hace durante unos días seguidos, independientemente de la actuación de los interventores y otros empleados que piden el billete. Así, en el metro, del recuento hecho en 261 vestíbulos durante 25 días de noviembre se extrapolaron 234.068 fraudes semanales entre más de 7,5 millones de viajeros. Es un fraude “asumible”, explica Jordi Nicolás, director ejecutivo de vicepresidencia de TMB. Los baremos que manejan las compañías de transporte público sitúan el 3% como umbral del fraude soportable.
Las cifras presentadas ayer por TMB no incluyen el fraude de usar un título indebido (el de un jubilado sin serlo, por ejemplo), que es “un porcentaje mínimo”, según responsables del grupo. Los datos en la red de autobuses son mejores (2,71%), aunque hayan subido un poco.
La sustitución de los tornos por puertas deslizantes en los peajes del metro está siendo un elemento importante en la reducción del fraude. Es más difícil pasar por encima de esas puertas que saltar sobre un torno, aunque hay quienes practican el trenecito pasando la puerta justo detrás de un viajero que valida su billete. O colando un niño por debajo de las puertas para que este abra desde el lado contrario el paso adaptado a minusválidos. En todo caso, las puertas han reducido el fraude. En el 2010 se habían colocado en 20 estaciones y en el 54% de los vestíbulos del metro. Dentro de unos días, cuando se instalen en la estación de Virrei Amat (L5) ya serán 33 las estaciones con este sistema y el 72% de los vestíbulos.
En un contexto de fraude ligeramente a la baja, no se incrementará la vigilancia con guardias jurados. La previsión es mantener una presencia de 1.333 horas de vigilantes de seguridad a la semana en el metro, 1.092 horas anuales de vigilantes en el bus y 4.256 horas anuales de auxiliares de validación también en el bus.
También se mantendrá el nivel en las intervenciones intensivas. En estos macrocontroles se concentran inspectores y vigilantes durante unas horas en un punto de mucho pasaje, para pedir el billete a todo el mundo. En el 2012 hubo 173 de estas intervenciones, un número que se piensa repetir este año. Igualmente se mantendrán las sanciones de 100 euros por viajar sin billete.