“Creo en la remontada del Barça”
El exdeportivista Fran le levantó un 4-1 al Milan en el 2004
Francisco Javier González Pérez, Fran para todos los amantes del fútbol, sabe lo que es remontarle una eliminatoria al Milan. Y no a un Milan cualquiera, sino a uno que contaba en su plantilla con monstruos sagrados del balón como Shevchenko, Kaká y Pirlo. Fue el 7 de abril del 2004 en Riazor. Los italianos traían un 4-1 de la ida de los cuartos de final de la Champions. Pero se fueron de Galicia con una de sus peores noches en el baúl. A sus 43 años, el que fuera zurdo de oro del mejor Deportivo de la historia lo recuerda para este diario como si fuera ayer: “Se trata de un día mágico, pocos creían en que el milagro se hiciera realidad, el Milan tampoco lo creía y llegó confiado a A Coruña. Pensaban que tenían todo el trabajo hecho y se relajaron. Cuando se quisieron dar cuenta no tuvieron tiempo para reaccionar”. Al descanso el Milan perdía 3-0 y el resultado final fue de 4-0, con la guinda final del gol de Fran.
El Barça sueña con una noche así y el excentrocampista gallego, de morro fino y enamorado del fútbol de toque, rompe una lanza a favor de las opciones barcelonistas. “El Milan sabe del potencial del Barcelona y no va a acudir confiado al Camp Nou porque sabe que aún tiene que trabajar mucho para sacar adelante la eliminatoria. Pero confío mucho en la clasificación del Barça, creo que pueden remontar. Pese a pasar por un bache el Barcelona es el mejor del mundo. Nunca vi a nadie jugar como a este Barça. En casa, con el apoyo de la afición, con una máxima mentalidad y con el campo rápido, tiene calidad para remontar”, se explaya Fran. Habla de fútbol como jugaba, con suavidad, con cadencia, con mimo. Si pudiera se volvería a calzar los borceguíes y saltaría al campo para seguir sumando partidos a los 435 que disputó en Primera. Siente morriña del balón. “Añoro jugar, que es lo que más me gustaba, añoro sobre todo el poder jugar contra el Barça y contra el Madrid, y competir con ellos, como en aquellos maravillosos años del Deportivo”.
Años en los que el conjunto gallego levantó seis títulos. Años en que eran una potencia. Ahora no es así. El Depor visita el Estadi con el agua al cuello. “Lo está pasando muy mal. Está en una situación límite y no sólo en lo futbolístico, sino también en lo económico. El club está en ley concursal y dicen que no tiene viabilidad si no consigue la permanencia”. Qué bien le iría Fran ahora y siempre al Deportivo, aunque él prefiere la modestia. “Es muy difícil que en una ciudad como A Coruña un equipo se mantenga tantos años en la élite. Ahora toca pasarlo mal”, incide.
Ni siquiera el hecho de que el Barcelona se pueda despistar ante el desafío europeo le hace albergar una brizna de esperanza. “Al Deportivo ya no le vale con sumar empates, necesita victorias, y los jugadores del Barça que salgan tendrán ganas de demostrar cosas para contestar a las críticas que han recibido”, avisa este gallego amable y pausado.
¿A qué se dedica ahora? “A mis labores”, dice de entrada, aunque después especifica un poco más. “Me encanta entrenar a niños. Ahora mismo no sé si acabaré en un banquillo en la élite. Habrá que rodarse un poco antes… digo yo, pero Guardiola no tuvo que rodarse para tener éxitos”.
La saga de Fran puede tener continuidad porque su hijo Nicolás, de 11 años, tiene también el gusanillo del balón. Además, es del Barça y puede acabar en el fútbol base azulgrana. “Está entrenando algunas veces con ellos y juega algunos torneos con el Bar-
EL DESAFÍO EUROPEO “En casa, con una máxima mentalidad y con el campo rápido, el Barça tiene opciones”
LA ESTIRPE CONTINÚA “Me encantaría ver a mi hijo en el infantil azulgrana, me gustan los valores de la Masia”
ça, pero aún no ha fichado. Me encantaría verlo en un tiempo en el infantil azulgrana. Nos gustan los valores que se enseñan en la Masia. En estas edades la educación deportiva es muy importante. Eso puede hacer que nos decantemos por el Barça”, señala Fran, que explica que su hijo juega estilo Iniesta. Con que jugara estilo Fran, ya sería un grande.