Maduro jura el cargo junto al féretro de Chávez
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Nicolás Maduro juró ayer el cargo como presidente de Venezuela en el mismo recinto militar donde horas antes se habían celebrado las exequias por Hugo Chávez. Maduro obtuvo el respaldo tácito de la comunidad internacional en un funeral de Estado que la oposición venezolana boicoteó.
Nicolás Maduro, el delfín de Hugo Chávez, es el nuevo presidente de Venezuela. Juró el cargo en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional precedida de fuertes tensiones políticas entre el régimen y la oposición que amenazaban con fracturar todavía más la muy polarizada sociedad venezolana. Con el respaldo tácito de la comunidad internacional congregada horas antes en el funeral de Estado que despidió al caudillo bolivariano, el hasta ahora vicepresidente oficialista asumió el poder.
Horas antes del juramento, la mayoría de partidos agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) amagaban con boicotear la toma de posesión de Maduro porque pretendía llevarla a cabo después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitiera una sentencia que habilita a Maduro para ser candidato mien- tras ejerce el mando como “presidente encargado”.
Las fuerzas que luchan contra el régimen bolivariano sostienen que, de acuerdo con la Constitución vigente, Maduro está imposibilitado para ser candidato mientras ejerce como jefe del Estado, porque se aplicarían las prohibiciones establecidas en el artículo 229 de la Carta Magna. La norma indica que “no podrá ser elegido presidente de la República quien esté en ejercicio del cargo de vicepresidente ejecutivo el día de su postulación o en cualquier momento entre esa fecha y la de la elección”.
El texto de la resolución del TSJ, difundido mientras se celebraban las honras fúnebres, emplaza a Maduro a convocar elecciones y le concede “todas las atribuciones constitucionales como jefe del Estado, jefe de Gobierno y comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.
“La sentencia del TSJ es un fraude constitucional y así lo denunciamos al mundo”, escribió en su cuenta de Twitter Henrique Capriles, gobernador del esta- do de Miranda y virtual candidato de la MUD a las elecciones que deben ser convocadas en un plazo de 30 días. No hay fecha todavía para la votación, pero fuentes oficiales indicaron que podría ce-
SE AGRAVA LA FRACTURA Capriles alega “fraude constitucional”, porque Maduro es al mismo tiempo candidato
CONVOCATORIA EN 30 DÍAS Las elecciones podrían celebrarse la segunda quincena de abril, dicen fuentes oficiales
lebrarse en la segunda quincena de abril. En el mismo sentido, la diputada de la MUD María Corina Machado declaraba que el dictamen de la alta magistratura
–cuyos integrantes son chavistas declarados– “es un nuevo golpe a la Constitución y a la democracia, un exabrupto y una provocación a todos los venezolanos”.
Pero las fuerzas opositoras no sólo se negaban a asistir a la toma de posesión de Maduro por la sentencia del Supremo, sino también porque el régimen pretendía llevarla a cabo en el mismo recinto militar donde se habían celebrado las exequias de Chávez.
Ante la crisis que se precipitaba, el oficialismo dio marcha atrás y reubicó la ceremonia en el Palacio Legislativo de Caracas, justificando el cambio por “condiciones de falta de espacio”. Originalmente, el oficialismo había previsto entronizar a Maduro en las instalaciones de la Academia Militar, donde decenas de líderes mundiales habían acudido para despedir a Chávez y darle al sucesor su apoyo tácito.
“¿Por qué tenemos que ser tutelados por los militares?”, se preguntó el legislador opositor Ángel Medina, para luego revelar que a los diputados de la MUD se les había negado “el derecho a tomar la palabra” durante la sesión.
Tras la muerte de Chávez, la cúpula militar del régimen parece haber tomado la iniciativa de la ofensiva político-electoral oficialista. Las elecciones, que decidirán quién se hará cargo de aca- bar el mandato de Chávez, hasta el 2019, también decidirán “si continúa el chavismo”, dijo el canciller, Elías Jaua.
El intento de secuestro del acto de juramento presidencial por parte de la Guardia Nacio- nal habla por sí solo. Algunos analistas otorgan a este hecho una doble lectura. Por un lado, la aceptación de que un civil como Maduro sea el comandante en jefe de los uniformados leales a la revolución bolivariana, una revolución que su propio caudillo bautizó como “amorosa y pacífica, pero armada”. Del otro, la confirmación de la enorme influencia en los cuarteles de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Al anunciar la ceremonia de toma de posesión, Cabello afirmó que simplemente se estaba “cumpliendo la orden” de Chávez: llevar a la presidencia a su sucesor.
El repentino protagonismo de los militares chavistas se dejó sentir también en horas recientes, cuando el ministro de
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UN ACTO MILITARIZA DO El amago de Maduro sugiere que el ejército acepta que un civil sea su comandante
Defensa, el almirante Digo Molero, puso las fuerzas armadas al servicio de la campaña electoral de Maduro “para darle en la madre a los fascistas”. La Constitución venezolana establece que las fuerzas armadas son una institución apolítica, al servicio de la nación y subordinadas al poder civil.
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