Sordi, el chófer, la abogada, el notario y la hermana
Días atrás, mientras Italia celebraba la “Albertone nazionale” con motivo del décimo aniversario de su muerte, ocurrida el 24 febrero del 2003, una nube de misterios se cernía y se cierne sobre la memoria de Alberto Sordi.
La hermana del actor, Aurelia (95 años), ha sido incapacitada. El parte médico sobre el estado mental de Aurelia es el primer documento que formará la documentación con la que el fiscal instruye el sumario. La hermana de Albertone recibió una millonaria herencia de éste y se teme que haya podido ser estafada por tres personas, las cuales son ahora investigadas por la justicia italiana. Se trata del exchófer del popular actor, Arturo Artadi, su abogada Francesca Piccolella y el notario Gabriele Sciumbati.
La fiscalía ha avanzado en las investigaciones después que los dos bancos que guardan la herencia de Sordi han señalado que Artadi se presentó a mediados de febrero con un documento, firmado por Aurelia Sordi, que le atribuía la facultad exclusiva de operar sobre esas cuentas corrientes.
Hasta ese momento Artadi compartía esta gestión con otro amigo de la familia Sordi, Antonino Chiani, quien –según afirma el diario La Repubblica– ha sido alejado de manera gradual de Aurelia.
Otro evento alimenta la sospecha del fiscal: una donación de la hermana del actor de 2,4 millones de euros realizada en noviembre en favor de ocho colaboradores, entre los que destaca el chófer.
Las investigaciones apuntan también hacia el personal doméstico y la Fondazione Museo Sordi, una fundación que, según dice Il Corriere della Sera, consta en el testamento de Aurelia como la única beneficiaria del patrimonio.
Los tres indagados rechazan cualquier acusación. “Si hubiera querido estafar a la señorita Aurelia –ha declarado Artadi a la prensa– habría actuado para que me incluyera en el testamento”.