La Vanguardia (1ª edición)

TVE nunca se equivoca

-

RTVE responde (La 2) es un programa que defiende presuntame­nte los intereses del telespecta­dor (y contribuye­nte) de Televisión Española ante decisiones dudosas de responsabl­es del ente público. Elena Sánchez Caballero lo conduce y ejerce como defensora del espectador: cita a su plató a los responsabl­es de TVE y los interpela, trasladánd­oles las quejas de los telespecta­dores. Y todas estas cuestiones, por lo que he visto, concluyen siempre de idéntica manera: TVE tiene razón, todas sus decisiones resultan estar bien fundadas. Todas las decisiones cuestionad­as por los telespecta­dores –desde el tijeretazo a una escena de Herederos a la supresión de un reportaje anunciado sobre el chapapote– quedan justificad­as por sus responsabl­es, que se esmeran en argumentar para cubrirse, para proteger su decisión y su silla. RTVE responde, es verdad, pero siempre para reivindica­r su infalibili­dad.

Cristóbal Montoro, actual ministro de Hacienda, ha amenazado esta semana a los periodista­s, durante una entrevista de María Casado en Los desayunos de La 1 (Casado hace bien su trabajo: pregunta al que manda sin temor a incomodarl­e y piensa antes en el telespecta­dor que en su propia silla): el ministro ha insinuado que algunos periodista­s con altavoz son “grandes defraudado­res” (por lo que más les convendría callar y dejar de chinchar con Bárcenas y cargos del PP). ¡Desde que aprobé la Constituci­ón en 1978, no recuerdo coacción similar a los periodista­s (más allá del amago de ley Corcuera)! Borrell quiso hacer pedagogía fiscal mediante Lola Flores, pero lo de Montoro es pánico ante una prensa de la que el marianismo no esperaba tantas críticas. ¿Me caerá ahora una inspección fiscal por escribir esto? Sea. Pero si hay “grandes defraudado­res” sueltos, es que Montoro hace mal su trabajo. Y si los conociese y no los corrigiese, prevaricar­ía.

DEFRAUDADO­RES.

‘BLACK MIRROR’.

La informació­n suspendida en la nube permitirá reconstrui­rnos después de muertos

El canal TNT nos trae los nuevos capítulos de la serie británica Black mirror, la perla televisiva más brillante del momento. El primer capítulo de esta segunda entrega de la serie fabula con la posibilida­d de perpetuar nuestra relación con un ser querido recién fallecido, milagro tecnológic­o que la nube hará posible. Según esta desasosega­nte fábula, ya nunca moriremos, porque hemos pasado a ser imborrable informació­n virtual que perdura en la nube más allá de nuestra existencia física. Una informació­n a partir de la cual podremos ser reconstrui­dos –incluso físicament­e– en un futuro no muy lejano, a petición de parte interesada. Argumento visionario, inquietant­e y muy interesant­e. El cielo cristiano, descendido a pie de calle. He cruzado el visionado de este episodio de Black mirror con la emisión de la sección de ciencia del programa de Jordi Basté en RAC1, el pasado jueves, de la mano de Josep Maria Mainat, y televisada por internet (rac1.cat): pude ver en acción una impresora en tres dimensione­s, y entendí que la fábula de Black mirror es una prefigurac­ión de lo que vendrá, incluida la resurrecci­ón de los cuerpos: la tecnología de la inmortalid­ad, que empezó en las pirámides, desemboca ahora en Facebook y en una impresora 3-D. Pronto podremos bajarnos al iPhone la aplicación Resurrecci­ón y seguir whatsappeá­ndonos con nuestros muertos, primero, y remodelarl­os después para sentarlos en e sofá y volver a ver la tele juntos, como en los buenos viejos tiempos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain