El cuento no se acaba
La tradición de cuentistas catalanes tiene garantizada su pervivencia gracias a las nuevas voces que han surgido en las últimas décadas. La lista es tan larga que es imposible citar a todos los autores de valía. Entresacamos algunos de los nombres más destacados, teniendo en cuenta las edades y las temáticas elegidas en sus relatos
JORDI LARA Vic. 1968. Rechaza la división de géneros y vindica la contaminación de lenguajes visuales y escritos. Define Una màquina d’espavilar ocells de nit como novela, aunque haya sido leída como una novela de cuentos
PERE GUIXÀ Pere Guixà, nacido en Barcelona en 1973, se reveló con L’examen de l’autodidacte, publicado en 1999. Siguieron Àlies Barcelona (2001) , L’embolic del món (2002), Topolino (2004) y No pots no sentir-ho (2006). La Sénia. 1977. Empezó a escribir poesía con Los fòssils (al ras) y El fàstig que us cega. Debutó como cuentista con el conjunto de relatos A butxacades, gracias ala revista Paper de vidre, que le encargó una serie de cuentos, género hasta el que entonces no habia pensado dedicarse
BEL OLID
JOAN TODÓ Mataró. 1977. Escribe novela, teatro, ensayo y poesía, pero se siente más a gusto con el relato breve. Ha escrito La mala reputació (de una canción de Brassens) sobre la identidad y la brutalidad del desamor,
YANNICK GARCIA Amposta. 1979. Tras publicar un libro de poemas, los relatos de Barbamecs (una palabra que define al imberbe, al adolescente que empieza a ser adulto) lo situan en seguida entre los narradores catalanes de más proyección.
ALBA DEDEU Granollers (1984). Con Gats al parc y ahora con L’estiu no s’acaba mai, se ha ganado la crítica. Ha traducido para la editorial Adesiara Sempre han tingut bec les oques y Una dona de Sibilla Aleramo.