La Vanguardia (1ª edición)

“La máscara de ‘V de Vendetta’ simboliza hoy la resistenci­a contra la tiranía”

El dibujante David Lloyd presenta en Barcelona una nueva edición de su obra

- JUSTO BARRANCO

Barcelona

David Lloyd se ha convertido desde hace décadas en el profeta de V de Vendetta. Su compañero de creación del cómic, Alan Moore, decidió pronto dejar de dar explicacio­nes en los salones del cómic, “porque era una obra tan exitosa que le acosaba una aglomeraci­ón en cada encuentro”, recuerda Lloyd, recién llegado a Barcelona para presentar la nueva edición de su obra por ECC Ediciones. Así que sólo quedó él para hablar de V de Vendetta. Una obra que, acabada en 1989, revivió con fuerza hace siete años con la película homónima producida por los hermanos Wachowski. Y que ahora se ha convertido en un símbolo global. La máscara del protagonis­ta del cómic, de V, que lucha por destruir el gobierno totalitari­o bajo el que vive, es un símbolo de revuelta global: la utilizan desde los hackers del grupo Anonymous al movimiento Occupy Wall Street o en Bahréin.

“No ha sido sólo por el libro, es la película. Pero sí, la máscara ha llegado a representa­r la resistenci­a contra la tiranía. Y lo bueno es que la puedes usar en cualquier sitio. En Occupy, en Egipto, China o Bahréin, donde el Gobierno la prohibió, lo que es ridículo. No puedes prohibir una idea. Lo grande de la máscara es que simboliza oposición a cualquier tiranía, incluso percibida. Y no tiene una carga, unos antecedent­es po- líticos. Lo más cercano a esta máscara en las décadas anteriores había sido la imagen del Che Guevara, pero era marxista, estaba esa carga. La máscara de V, de Guy Fawkes, no representa más que la resistenci­a al fascismo. Y representa a cualquier persona, por eso nunca sabes quién es V en el libro, porque esa es la clave, es una idea. Esta máscara es todo lo que es. Representa libertad, oposición, resistenci­a a la tiranía, y ha hablado a una generación, que es lo que queríamos”, dice Lloyd refiriéndo­se a todos los jóvenes que se han visto identifica­dos.

Lloyd (Reino Unido, 1950) era el dibujante de V de Vendetta, y Moore, el guionista, pero fue a Lloyd al que se le ocurrió la máscara. “Teníamos a un personaje que quería cambiar el sistema. Pe- ro para tener éxito no sólo necesitas una buena historia sino algo llamativo. No sabíamos qué. Y tuve la idea. ¿Por qué no resucitamo­s a Guy Fawkes, que fue un revolucion­ario?”. Intentó volar el Parlamento inglés en lo que fue llamado la conspiraci­ón de la pólvora, aunque fracasó. “En Inglaterra es tratado como un villano, y su efigie es quemada en una hoguera, pero fue un hombre honorable, luchó por los católicos, perseguido­s en su tiempo”. De hecho, Lloyd escribió a Moore que “en vez de quemarlo cada 5 de noviembre, deberíamos conmemorar que intentara volar el Parlamento”. Y así nació la máscara de V. Tenía que ser una representa­ción de Guy Fawkes, de quien Lloyd conocía los rasgos básicos y a los que puso una sonrisa, que, dice, “me evocaba muchas ideas: sonríe aunque el corazón te duela, sonríe frente a la adversidad, sonríe en la cara del tigre”.

Aunque Lloyd tiene otros proyectos y ahora concentra su energía en una web que ofrece sus nuevos trabajos y los de otros autores a precios populares (www.acesweekly.co.uk),está contento de hablar de V de Vendetta: “Le ha cambiado la vida a mucha gente. Y aunque uno de los elementos centrales del cómic es la propuesta de la anarquía como una sociedad viable, en lo que no creo –y que sí cree Moore–, porque es un gran ideal, pero utópico, el otro elemento central, la libertad del individuo, es algo por lo que he luchado siempre”. De hecho la película, en la que colaboró él, ya puso el acento en la libertad y no en la anarquía. “La anarquía es imposible, además de difícil de vender en una película de Hollywood. Es un concepto sofisticad­o. Hay gente que piensa que es caos, y no lo es, caos es lo que hay antes de la anarquía. Pero es una utopía. La gente no cambia, todavía funciona como corderos, quieren un líder siempre. No puedes forzar a la gente a ser autosufici­ente o sensata. Sólo dar libertad y decirles que no estén bajo el puño del monstruo, que piensen por sí mismos”.

Aunque razones para cambiar las cosas, dice, hay muchas. “Pero es tarde para cambiar el sistema porque el gobierno hoy es irrelevant­e, el poder está en las

“El gobierno hoy es irrelevant­e, el poder está en los bancos y en las corporacio­nes”

corporacio­nes y los bancos. Antes, cambiando el gobierno cambiabas quién decidía, ahora no. Sólo cambiaría las cosas una manifestac­ión enorme, pero la sociedad ha sido dividida con éxito. Aunque podemos intentar cambiar los puntos de vista mientras tengamos democracia. Como ha sucedido en EE.UU., que, pese a toda la propaganda y el flujo de millones, la gente ordinaria ha querido desesperad­amente que Obama se quedara. Y con el poder de su voto lo mantuviero­n. Si puede hacer Obama algo en la maquinaria de Washington, no lo sé, pero al menos toda esa gente salió para darle otra oportunida­d de intentarlo”.

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GEMMA MIRALDA El dibujante británico, firmando ejemplares ayer en Barcelona

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