Bowie ya es un clásico

The next day es el primer disco en más de un decenio de David Bowie, es decir, de una estrella del rock y de la cultura pop de 66 años. Se grabó los últimos dos años en medio de un secretismo casi absoluto bajo la dirección del propio Bowie y su estrecho colaborador y productor Tony Visconti. Según lo apuntado por este último, el material elaborado a lo largo de este tiempo permite prever que el próximo año aparezca otro disco también con material original. En fin, el primer single sacado de este flamante álbum, Where are we now, se ha convertido en el primer tema de Bowie que en veinte años ha vuelto a encaramarse al top ten de las listas británicas.

Curiosamente, el mencionado tema no refleja en absoluto el tono general de una obra superlativa, fácilmente ubicable en la cima de los mejores dis-

David Bowie

THE NEXT DAY

cos creados por el músico británico. Es un álbum que exuda clasicismo, como compendio de las virtudes que hicieron grande la música y la literatura de su autor en sus trascendentales primeras etapas. En ello algo tiene que ver la prolongada relación que une a Bowie con Visconti desde los años setenta, que se reproduce en las líneas armónicas y melódicas de este álbum.

En cambio, y excepto el citado single –que bucea en su pasado berlinés–, las composiciones exhiben temática y textualidad indisimuladamente actuales, algo también aplicable a los arreglos, modernos y vigorosos (batería cruda, afiladas guitarras, bajo nada empastado, gloriosos fogonazos de viento). El resultado de todo ello son catorce canciones creadas por una mente del siglo XXI, urgente y clásica, sabia y consciente de la diferencia entre la fama y el fluir de la auténtica vida.