Cabeza, orden y victoria

El Barça recobra virtudes y fe para enfrentarse al Milan

Barcelona

Sin brillo pero con seriedad, con la cabeza fría y las líneas prietas. Retrasando el centro de maniobras, buscando las bandas y los pases interiores, administrando el tempo del partido, el Barça efectuó un buen ensayo para la taquicárdica noche del martes. No concedió ni una ocasión al Deportivo, con lo que cortó la hemorragia de 13 partidos encajando, y Messi, suplente, firmó su golito por 17.ª jornada consecutiva. Las vibraciones, especialmente las registradas en la primera parte, son buenas. Pero faltó pulir la efectividad cara a gol para que el observador milanista Roberto Bosco se fuera del Camp Nou asustado.

Ni el Deportivo es el Milan, ni muchos más de cuatro de los titulares del Barça de ayer figurarán en el once inicial del martes, pero la visita del colista resultó un buen pretexto para refrescar conceptos que los azulgrana parecían haber postergado. La presión en todas partes, por ejemplo, o la profundidad, o el orden del dispositivo defensivo para eludir, no ya las ocasiones, sino incluso las aproximaciones del rival. Con un banquillo de oro, repleto de campeones del mundo y de Europa, con los cuatro Balones de Oro de Messi, la mayoría de suplentes rescató en el césped buena parte de las señas de la identidad azulgrana.

En el marco, Pinto, con 37 años y 121 días, superó a Alexanko para convertirse en el barcelonista más veterano en un partido de Liga. Más adelante, Puyol asumió el liderazgo del once desde el minuto uno. Cortando, anticipando, atacando, sirviendo en largo o animando a una grada sin artificios y discreta en ocupación, el capitán activó la maquinaria. Con Thiago al mando de las operaciones, Song en el punto de