El Camp está vivo
La afición anima de forma espontánea pese a la huelga de la grada joven, que tilda el Estadi de cementerio
Barcelona
En menos de un mes el Camp Nou ha pasado de parecer el lugar ideal para que los padres lleven a sus pequeños, a mirar de arriba a abajo a los espectadores y a registrarles las bolsas. El 10 de febrero el Barça recibió al Getafe al mediodía y aquel día muchos niños debutaron y vieron por primera vez al Barcelona en vivo. Ayer, sólo 27 días después, a los aficionados que querían acceder al campo se les cacheaba en busca de bengalas.
“No entiendo por qué por una persona tenemos que pagar el resto, que no hemos hecho nada”, se quejaba Josep Maria Guardiola en referencia al incidente del último clásico. A su lado, su amigo Josep Maria Flor discrepaba y aplaudía las medidas tomadas. “A mí me parece que todas las decisiones que se adopten para la seguridad son buenas. Los inconvenientes que causen es lo de menos. Lo importante es que el Camp Nou sea seguro”.
Y el aumento de la presencia policial se notaba a simple vista. Había más furgonetas y dotaciones de los Mossos d’Esquadra y más chalecos naranja merodeando. Dentro y fuera. Una hora antes del partido, uno de los de se-
D A N K O , U N P O L I C Í A E S P E C I A L
El reforzado dispositivo contó por primera vez con un perro que detectaba bengalas