El camino de vuelta más esperado
Los especialistas subrayan las bondades de la reincorporación laboral del paciente de cáncer, que vuelve con más fortaleza
TITO VILANOVA, 13 ENERO 2013
TONI LÓPEZ JORDÀ
Barcelona
Tres siglos después, una de las frases más célebres del filósofo inglés William Penn, fundador de la entonces colonia estadounidense de Pensilvania, cobra plena vigencia. “¡Trabaja! Si no lo necesitas para alimentarte, lo necesitas como medicina”. Tito Vilanova se ha tomado la cita al pie de la letra, tanto que, según sus allegados, el hombre ejerce la telegestión, pegado al teléfono en Nueva York, apurando los plazos siempre difusos de recuperación. La Vanguardia ha consultado a cuatro especialistas para evaluar –desde la distancia del desconocimiento del cuadro clínico de Tito– el proceso de reincorporación laboral de un paciente de cáncer, en unos días convulsos en el barcelonismo por la combinación de unos resultados negativos, las dudas en el juego del equipo y la ausencia de su jefe.
Beneficios de la reincorporación.
El regreso a la actividad laboral del paciente de cáncer es una de las recomendaciones que hacen con más insistencia los oncólogos y psicooncólogos. “El momento más delicado que vive el paciente de cáncer es del diagnóstico, el impacto, y luego, tras el tratamiento, la incertidumbre. ¿Y si se vuelve a repetir? La incertidumbre se vence volviendo a la normalidad; si ha trabajado bien emocionalmente, regresará con más fortaleza que antes”, comenta Clàudia Massé, psicooncóloga de la fundación de ayuda Oncolliga, “Si se trata de una persona proactiva, como lo es Tito Vilanova, le irá bien volverse a activar hacia la normalidad; ir hacia la normalidad es ir hacia la salud”.
Los efectos del regreso al trabajo son altamente positivos. Àngela Sánchez, directora general de la Asociación Española Contra el Cáncer-Catalunya de Barcelona, los sintetiza en tres: “Recupera su rutina y se siente más controlador de la situación; aumenta su autoestima; y recupera el contacto social en unos momentos en los que puede sentirse aislado”.
“El principal beneficio es que el paciente vuelve a ser él mismo. Cuanto antes se sienta la misma persona, mejor. En el día a día se siente una persona normal y desconecta de la enfermedad, lo que es una ayuda para tirar adelante. Aunque no siempre las empresas permiten la reincorporación”, señala el oncólogo Joan Carles, del Institut Oncològic Teknon. El momento ideal. Carmen Yélamos, psicooncóloga del Instituto Madrileño de Oncología (IMO), relativiza el cuándo. “El caso de Vilanova es excepcional: él no ha dejado de trabajar pese a que se está tratando. Está pendiente continuamente de su trabajo, hace videoconferencias, reuniones, manda mensajes por teléfono... Por lo tanto, no ha dejado de trabajar de manera activa”, Además, apunta la psicóloga, “su perfil psicológi- co es diferente: está preparado para situaciones de estrés por su trabajo, tiene capacidad y recursos que le pueden ayudar para afrontar situaciones de estrés”. Según Àngela Sánchez, “el momento idóneo siempre lo marca el enfermo; es necesario compartirlo con el oncólogo, pero es una decisión muy personal”. Aunque, el momento de volver “lo determinan dos factores: el espacio que ocupa el trabajo en tu vida y la energía que tienes para regresar. Siendo un entrenador en un equipo de élite, seguro que el trabajo ocupa un espacio prioritario”. Por lo general, la reincorporación al puesto de trabajo no es inmediata una vez finalizado el tratamiento de cáncer. “El tiempo estimado es de dos a tres meses... Pero Tito Vilanova no ha dejado de trabajar, y su incorporación debería ser más fácil”, comenta Yélamos.