El Estatuto de los Trabajadores se queda viejo 33 años después
La CE exige un balance y pide más flexibilidad para los fijos
Madrid
El Estatuto de los Trabajadores se ha quedado viejo 33 años después de su aprobación. El motivo no es el aumento desenfrenado del paro, sino la sucesión incansable de cambios que ha sufrido. Ha sido objeto de diez reformas y más de 67 modificaciones que han convertido la legislación laboral en una bicoca para los bufetes de abogados. Pero aún sigue en pie. La última en dar la voz de alarma ha sido la Comisión Europea que ha pedido un balance urgente al Minis-
U N A Ñ O C O N L A Ú L T I M A L E Y
Los expertos coinciden en que es pronto para hacer balance de la reforma
T R A B A J A D O R E S D E S E G U N D A
La CE recrimina que no se ha corregido la dualidad: el 23% son temporales
terio de Empleo.
El Estatuto de los Trabajadores fue aprobado el 10 de marzo de 1980, fruto de un pacto de Estado entre la UCD liderada por Adolfo Suárez y el PSOE de Felipe González para actualizar la legislación laboral franquista. Este acuerdo se tradujo en un pacto social que firmaron la CEOE presidida por José María Cuevas con la UGT de Nicolás Redondo.
Tal como se afirma en el preámbulo de la última modificación de la ley básica de Empleo aprobada cuatro meses después del Estatuto “se aprobó en un contexto en el que la situación socioeconómica, tecnológica y de organización territorial presentaba unos perfiles bien distintos de los actuales”.
El secretario general de CC.OO. y presidente de la CES, Ignacio Fernández Toxo, reconocía en el discurso para su reelección que “estamos en el final de un ciclo político... y las normas que permitieron la reconversión industrial ya no nos sirven”. Fue la propia Fundación 1º de Mayo quien elaboró un informe el año pasado analizando las sucesivas modificaciones que ha sufrido el Estatuto de los Trabajadores desde su aprobación. La principal conclusión es que se ha convertido en un traje con tantos remiendos que no sirve.
La última advertencia la ha realizado la Comisión Europea. Afirma que la última reforma del PP “podría estar empezando a tener un impacto” en la moderación salarial y el aumento de los despidos procedentes. “La reforma tiene potencial para fortalecer el vínculo entre salarios, el ciclo económico y la posición de las empresas”. No en va- no los costes laborales unitarios en el 2012 se han reducido un 3,4%.
No obstante, Bruselas advierte que “la dualidad en el mercado laboral persiste sin cambios” y dice que “la gravedad de la situación del mercado laboral exige una vigilancia y revisión continua del impacto de la reforma”. Las autoridades españolas se han comprometido a realizar una revisión durante el primer trimestre del año y la Comisión les pide centrarse en “el impacto en la dinámica salarial, la segmentación del mercado laboral y la empleabilidad”.
Además, el ejecutivo comunitario pide al Gobierno que aumente el gasto
E L D A T O
en formación, integración en el mercado laboral y reorientación profesional, modernice los servicios públicos de empleo y mejore la coordinación entre los nacionales y autonómicos. Este análisis ha provocado la alarma en el Ministerio de Empleo.
A punto de cumplirse el primer año de la reforma laboral, ningún experto se atreve a realizar un balance con el argumento de que “es precipitado”. La reforma data de febrero, se alteró en parte en julio del 2012 y aún se manifiestan efectos de las reformas del 2010 y del 2011. Además, hubo muchos cambios a la vez: se bajó el coste del despido, se modificó la regulación de la negociación colectiva y se redujo la generosidad de la prestación por desempleo.
Parece de sentido común reconocer que ningún país del mundo crea empleo neto con el PIB cayendo a una tasa interanual del 1,8%, como sucedía en España a finales del 2012. Pero tampoco destruiría empleo a una tasa del 4,8% con esa tasa de caída del PIB. Lo cierto es que durante el año pasado se han perdido 850.000 empleos (el segundo peor año de la crisis) y la cifra de ocupados se ha reducido a 16,93 millones, el nivel más bajo desde el 2003. Pero más grave aún es que el nivel de temporales se ha situado en el 23%. Más de la mitad de los parados lleva más de un año buscando trabajo y solamente hay un 15% de trabajo a tiempo parcial.