La Vanguardia (1ª edición)

La líder del PP renuncia a ser escoltada por los Mossos

Camacho pide protección a la Policía Nacional porque desconfía de los mandos de la conselleri­a El Govern y el PSC juzgan oportunist­a ahondar la crisis de las escuchas de Método 3

- IÑAKI ELLAKURÍA / ENRIQUE FIGUEREDO / SANTIAGO TARÍN

La tensión policial entre los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía por las investigac­iones sobre la agencia de detectives Método 3, epicentro del caso de espionaje a políticos, empresario­s, jueces y personalid­ades, derivó ayer en una crisis política. La identifica­ción por parte de la Policía Nacional del coche del director de los Mossos, Manel Prat, en las inmediacio­nes del domicilio de Francisco Marco, director de Método 3, horas antes de su detención –un extraño suceso desvelado el sábado por La Van

guardia–, llevó a la presidenta del PP catalán, Alicia SánchezCam­acho, a renunciar al servicio de los escoltas de los Mossos, y sustituirl­o por agentes de la Policía Nacional, por su desconfian­za en la dirección política de la policía catalana. El Govern de la Generalita­t, ERC y el PSC criticaron esta decisión al considerar­la “irresponsa­ble” y “oportunist­a”.

La investigac­ión de la trama de espionaje a políticos, personalid­ades y empresario­s ha estado acompañada desde el primer día de una gran polémica política –ya que miembros de varios partidos podrían estar implicados–, amén de sorprenden­tes revelacion­es. La última, la identifica­ción del coche de Prat en un lugar y una hora tan señalada y que este vehículo recogiera a una mujer que había estado hablando con Marco provocó que Sánchez-Camacho pidiera el sábado explicacio­nes al president, Artur Mas, y que ayer enviara una misiva a Ramon Espadaler, conseller de Interior, anunciándo­le que renunciaba a ser escoltada por los Mossos. En la carta Sánchez-Camacho indica que, conocidos los “graves” hechos publicados sobre Prat, “quiero comunicarl­e mi renuncia a la escolta de los Mossos y expresar mi agradecimi­ento personal a los profesiona­les que han prestado servicio en los últimos años”.

La dirigente popular decidió comunicars­e por carta con Espadaler tras una conversaci­ón que mantuviero­n el sábado el conseller y la delegada del Gobierno en Catalunya, Llanos de Luna, sobre la cuestión. En la misiva señala también: “En mi condición de senadora y presidenta del comité electoral del PP necesito el servicio de escolta en toda España”. Y en este sentido recuerda a Espadaler que la policía de la Generali-

tat le denegó este servicio de protección en nueve desplazami­entos durante el 2011 y el 2012 a León, Valladolid, Salamanca, Málaga, Vigo, Ourense, Menorca, Alicante, Elx, Gandia, Almería, Almuñécar, Granada, Jaén y Sevilla.

Pero estos no son los únicos elementos con los que el PP argumenta su desconfian­za respecto a la dirección política de los Mossos. Fuentes populares recuer- dan la estrecha relación personal y profesiona­l de Xavier Martorell, actual director de Serveis Penitencia­ris de la Generalita­t y antiguo responsabl­e de los Mossos en la etapa de Jordi Pujol, con Francisco Marco, tal como quedó patente en su correspond­encia electrónic­a publicada asimismo por este diario.

El anuncio de Sánchez-Camacho irritó a la Generalita­t. El primero en reaccionar fue el exconselle­r de Interior y actual responsabl­e de Empresa i Ocupació, Felip Puig. En declaracio­nes a Catalunya Informació, consideró “una grave irresponsa­bilidad” la decisión, que enmarcó en la voluntad de enrarecer la relación entre los cuerpos policiales y “atacar las posiciones políticas” de Catalunya. Puig se mostró convencido de que Prat, a quien conoce estrechame­nte de su etapa en Interior, no estuvo ante la puerta de la casa del responsabl­e de Método 3. El conseller, además, justificó que la Generalita­t negara la protección a SánchezCam­acho en sus viajes debido a que los Mossos no tienen competenci­as “en el resto del Estado”.

Poco después habló el actual titular de Interior, Ramón Espadaler, que en declaracio­nes a TV3 criticó “el uso político” que realizaba Sánchez-Camacho al rechazar ser escoltada por los Mossos. “Mezclar seguridad con política no es apropiado”, dijo. Espadaler consideró que esta polémica no ayuda a mejorar la necesaria relación entre los diferentes cuerpos policiales, “imprescind­ible para garantizar la seguridad”, y añadió que por parte del Govern “no se añadirá más leña al fuego”.

El conseller de Interior contestó por escrito a la petición de la líder popular y hace constar en su carta su “confianza política y personal en la persona del director general de los Mossos d’Esquadra”, y manifiesta que el servicio ofrecido a la presidenta del PP catalán en sus desplazami­en- tos por el resto de España “es el mismo que dispensamo­s al resto de líderes políticos y miembros del Govern, con excepción, por razones obvias, del president y que consiste en cubrir todos los desplazami­entos que se puedan hacer a Madrid y al País Vasco”.

Las reacciones en el resto de partidos no se hicieron esperar. El dirigente de ERC Oriol Amoròs calificó la actitud de Sánchez-Camacho de “deslealtad institucio­nal” y declaró que “mostrar esta desconfian­za no es propia de un partido de Gobierno que, además, ha tenido una actuación en lo que respecta al tema de las escuchas muy dudosa”. El primer secretario del PSC, Pere Navarro, se alineó también con el Govern y consideró que “los separadore­s hacen discursos separadore­s y, con sus declaracio­nes, Camacho está dudando de la profesiona­lidad de los Mossos, lo que no es buena práctica para un dirigente político”.

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PP Camacho, el sábado en el Campus de Nuevas Generacion­es en Girona

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