Equilibrios contra la corrupción
Pasqual Maragall nunca habrá podido arrepentirse lo bastante de su famosa alusión a que en Catalunya había un problema cifrado en el 3% de comisiones por la concesión de contratos y obras públicas. La imgen de la comunidad quedó dañada y el anticatalanismo militante ha tenido siempre un aliado a mano en aquella frase, viendo confirmada la aseveración con cada caso de corrupción destapado. Durante el mandato de la segunda fiscal superior de Catalunya, Teresa Compte, hubo que hacer muchos equilibrios para separar el grano de la paja. Del famoso 3% no quedó verificación, pe- ro sí de escándalos concretos que, si bien tardaron en estallar, se gestaron y prolongaron durante años.
Algunos de estos procesos, como el relativo al ca- so Palau, ya dio lugar a tensiones, con participación del ahora dimitido Rodríguez Sol, que entonces era el jefe de la Fiscalía de Barcelona, dependiente de Teresa Compte como fiscal superior de Catalunya.
En vísperas de las elecciones catalanas del 2010, Rodríguez Sol quiso que el caso Palau fuera asumido por Anticorrupción, pasando de las manos del fiscal Francisco Bañeres a las de su compañero Emilio Sánchez Ulled. La Fiscalía General rechazó la idea, y Rodríguez Sol recibió la instrucción de esperar. Se quería evitar toda influencia de la decisión en la campaña. Parecido a lo que pasó en noviembre con la apertura de diligencias sobre los informes policiales fantasma contra CiU. Con la diferencia de que, el 2010, Rodríguez Sol se frenó. Le habían advertido que, si no lo hacía, tendría que dejar su cargo.