Banca Catalana en la memoria
La Fiscalía de Barcelona tiene una larga tradición de desencuentros y tensiones con la Fiscalía General del Estado. En el seno de la carrera fiscal se considera que los jefes de la Fiscalía en Catalunya siempre han querido volar por su cuenta más de lo que los estatutos de la profesión y su organización jerárquica permiten. El caso más sonado fue el de la presentación de la querella de Banca Catalana, contra el entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y otros directivos de la entidad. Desde la óptica del nacionalismo catalán aquella fue una operación política perfectamente pensada por el entonces gobierno socialista presidido por Felipe González.
En la Fiscalía, en cambio, se recuerda tanto o más el episodio de la filtra- ción de la noticia relativa al debate interno sobre la solidez de la querella preparada por los fiscales José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo. El entonces fiscal general del Estado, Luis Burón Barba, no autorizó de entrada la actuación de la Fiscalía de Barcelona y quiso consultar al Gobierno. Pero unas horas después se encontró publicada la noticia de que la presentación de la querella era inminente, lo que forzó y precipitó su efectiva formalización. Mena y Villarejo se encontraron gracias a esa publicación con que ya nada se oponía a su iniciativa.
Años después, Mena tuvo que esperar algún tiempo para ser el primer fiscal jefe del TSJC. El último ministro de Justicia de González, Juan Alberto Belloch, no logró nombrarle. Lo hizo el Gobierno entrante del PP, con las manos más libres.