El cine pierde por goleada
Los rodajes de películas en Catalunya el primer trimestre del año reflejan la parálisis de la industria
El año pasado, por estas fechas, con la crisis del sector audiovisual en alza, se estaban rodando en Catalunya quince largometrajes. En estos momentos se está rodando tan solo uno, según la contabilidad oficial del Ministerio de Cultura (ICAA). A lo sumo tres, si incluimos las producciones que, según el ICAA, tienen previsto su inicio dentro de este mismo mes de marzo.
O sea 15 a 1, utilizando la terminología deportiva. O 15 a 3, en el mejor de los casos. Se mire como se mire, un mal resultado: el cine pierde por goleada.
Ni siquiera se puede hablar ya de crisis; es mejor hablar de inminente peligro de liquidación: “Estamos peor que el Barça”, bromea (sin bromear) Ramon Colom. “Es una calamidad. Precisamente en un momento en que el cine español en general, y el cine catalán en particular, ha conseguido una buena cuota de mercado con títulos como Lo imposible, Las aventuras de Tadeo Jones y Blancanieves”.
Colom, como periodista, es un rostro popular en los medios de comunicación, acostumbrado a presidir conglomerados desde que fue director general de Radiotelevisión Española, en los noventa. Ahora ejerce otras responsabilidades: es presidente de Proa, la federación de productores que agrupa a las cuatro asociaciones del sector que hay en Catalunya: Apic, Barcelona Audiovisual, Pac y Animats. “Si observamos los datos de taquilla del último trimestre de 2011, vemos como una o dos producciones catalanas se en- cuentran siempre entre los diez primeros lugares absolutos de la recaudación cinematográfica estatal, incluyendo en esta contabilidad los éxitos que llegan de Hollywood”, señala Colom como gran paradoja de la situación: “Cuando mayor éxito de público tiene el cine hecho aquí, menos títulos se producen”.
El cine representa en España una industria muy seria. La forman unas 400 empresas independientes, 200 de ellas con sede social en Catalunya. Eso significa más del 40 por ciento del volumen total de la facturación del sector. Y si hablamos de ocupación, casi 50.000 empleos directos e indirectos, tan sólo en Catalunya. “La cultura es el primer producto que exportamos”, afirma Colom. “Y dentro de la cultura, el cine ha sido reconocido internacionalmente en festivales, y ahora también en la taquilla”.
Y, sin embargo, muchas productoras no trabajan estos días –ni en cine ni en televisión– a la espera de una política para el audiovisual que no llega. Ni llegará antes de mayo, según las previsiones más optimistas. Y mientras se clarifica el panorama, tan sólo se están rodando en Catalunya en estos momentos, según el ICAA, Ismael, bajo la dirección del argentino Marcelo Enrique Piñeyro. (responsable de Plata quemada o Kamchatka ), producido por Antena 3 Films y Zeta Cinema. Y tiene previsto el inicio de rodaje (en Canadá) esta misma semana el filme Cry/Fly, con dirección de la peruana Claudia Llosa ( La teta asustada, premiada en Berlín), con producción de Arcadia Motion Pictures ( Blancanieves).
El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) es un organismo autónomo, de carácter administrativo, adscrito al Ministerio de Cultura. Su función principal es el fomen-
to de la producción. Pero entre sus atribuciones figura también el control de los rodajes. Y en eso no suele ser ni ágil ni exacto. Los veranean
tes, de Lluis Galter, con producción de Paco Poch, estuvo anunciado en la web oficial del ICAA pero ya no está contemplado. Como si se hubiera atrasado o pospuesto. Tampoco consta en sus archivos ¿Quién mató
a Bambí?, una comedia alocada dirigida y escrita por Santi Amodeo, que se está rodando ya, estos mismos días, en Sevilla.
“Estamos en un sector, el de la producción cinematográfica, que no ha cambiado sustancialmente desde los años ochenta. Desde la famosa ley impulsada por Pilar Miró. Desde entonces el sistema, mal que bien, ha ido tirando. Pero la crisis económica ha acabo con el precario equilibrio en el que vivía. A eso hay que sumar, además, las (malas) decisiones que está tomando el Ministerio de Hacienda”, afirma Colom, que también achaca buena parte de la responsabilidad a la Generalitat: “Paralizado durante todo el pasado año por culpa de las elecciones; en este sentido, el 2012 ha sido un año perdido para el cine catalán”.
Para Ferran Mascarell, conseller de Cultura, buena parte de la culpa la tiene el Gobierno central: “Madrid ha cambiado las reglas del juego sin previo aviso, dejando sin dinero la cinematografía catalana. En 2012 nos dejó sin presupuestos. Nosotros, en cambio, mantuvimos nuestros compromisos con la producción: más de ocho millones de euros dedicados al fomento del audiovisual en el 2012”. A la espera del presupuesto del 2013 , que no llega, Mascarell afirma que nada volverá a ser igual. “Estamos viviendo un cambio de modelo. Sesenta, setenta películas catalanas por año es un número exagerado de títulos. Y eso es lo que estábamos haciendo hasta el año pasado. Como Administración, apoyaremos aquellos títulos con más posibilidades comerciales, capaces de encontrar un público. Para ello, nos tendremos que inventar,
Más del 40 por ciento de la facturación del sector es de empresas radicadas en Catalunya Mascarell: “Madrid ha cambiado sin previo aviso, dejando sin dinero al cine catalán”
entre todos, nuevas fuentes de financiación”, dice el conseller para aviso de productores.
“Vivimos en medio de una catástrofe total”, afirma Teresa Enrich, flamante directora del Institut Català de les Empreses Culturals (ICEC). “Se ha acabado la producción audiovisual basada en las ayudas estatales”, afirma esta productora, miembro de la Acadèmia del Cinema Català y que fue vicepresidenta de la Academia del cine español. “Deberemos buscar nuevas fuentes de financiación”, aunque “no sabemos todavía el dinero del que dispondremos este año para el audiovisual. Pero el primero que tengamos será para pagar las deudas del anterior”, asegura Enrich, que está trabajando en un plan de choque para el sector. “Siempre que oigo la palabra ‘plan de choque’ me pongo de los nervios”, dice por su parte Colom. “Lo que tenemos que conseguir es que el cine viva del cine: del dinero que genera el cine como industria. Independizarnos de los presupuestos del Estado y de los presupuestos de la Generalitat”, reflexiona el patrón de los productores catalanes, que recuerda la obligación de los canales televisivos de invertir en producción audiovisual el 6% de sus ganancias.