Un hotel con gracia
El Majestic, el primer cinco estrellas de Barcelona, finaliza la reforma integral en las que se han invertido 25 millones de euros y tres años
La Sociedad de Amigos de Francia y sus aliados organizó un banquete para festejar el éxito de las naciones aliadas. Ni disponiéndose de un local tan capaz como los salones del Majestic Hotel Inglaterra se pudo admitir a cuantos lo deseaban”. Esta crónica publicada en La Vanguardia de noviembre 1918 describe uno de los primeros banquetes que acogió el Majestic –por aquella época, también Inglaterra– que había abierto hacía unos meses. Casi 95 años después, el edificio de estilo neoclásico es todo un símbolo del paseo de Gràcia y de la ciudad. No en vano, fue el primer hotel de cinco estrellas de Barcelona. Estos días el Majestic estrena una reforma integral después de tres años de obras.
El Majestic sigue la estela de otros cinco estrellas de la ciudad que se han querido poner al mismo nivel que los establecimientos de lujo que en estos últimos años han abierto sus puertas. La reforma, en la que se han invertido 25 millones de euros, ha comportado la transformación de los interiores del hotel: habitaciones, pasillos, zonas comunes e instalaciones. Las obras se han efectuado con el hotel en funcionamiento y tras ellas se ha pasado de disponer de 303 estancias a 275, de las cuales 47 son suites. Las habitaciones son ahora más grandes y modernas, pero huyendo de las estridencias y basándose en un estilo mediterráneo.
Las obras, según explica el director general, Malco Par, se han ejecutado en dos fases. La prime- ra ha afectado a la finca de la calle València, un inmueble que se adquirió en la década de los 50 para ampliar el establecimiento. Más tarde se transformó el edificio de paseo de Gràcia. “El mercado cada vez es más exigente, y la remodelación era necesaria. Las obras han provocado problemas, pero al final se ha podido compaginar la actividad con los trabajos. Es preferible esto a cerrar por completo”, explica Par.
En este sentido, reconoce además que la reforma también se
La novena planta acoge ahora suites, y la primera, donde estaba el Drolma, habitaciones
ha visto dificultada por la compleja estructura del edificio. El establecimiento en realidad está formado por tres edificios que se han unido. Cada uno, con plantas a diferente nivel y de distinta época y estilo. De hecho, al transitar por los pasillos se nota cuando se penetra en la finca de la calle València o en la de paseo de Gràcia por los desniveles.
El hotel forma parte del grupo Majestic Hotel Group, propiedad de la familia Soldevila. La última remodelación ha cambiado por completo la novena planta del inmueble, en total 800 metros cuadrados en los que vivían el propietario del hotel y su familia y que se ha transformado en suites con terraza y jacuzzi.
Esta metamorfosis también ha modificado por completo la primera planta. Donde antes estaban el gran salón de desayunos y el laureado restaurante Drolma ahora acoge habitaciones. Además se ha utilizado la cocina del establecimiento gastronómico para crear una sala multifuncional con un nuevo bufet de desayunos. simulando un puesto comercial de la Boqueria, con salida al exterior. Una pequeña terraza, a la que estos días se está acabando de dar forma y vegetación, está en el interior de manzana al que dan los tres inmuebles.
Durante el Mobile World Congress el hotel colgó el cartel de completo. Par reconoce que en estos años ha cambiado mucho el perfil del cliente, mayoritariamente americano, aunque los rusos ya ocupan el tercer lugar. Si antes predominaba el turista de congresos, ahora es habitual el de fin de semana.