La Vanguardia (1ª edición)

Justicia política

- Enric Sierra

La política vive una grave crisis de credibilid­ad abonada, entre otras razones, por la brecha creciente entre los políticos y la sociedad. En esta situación es normal que cualquiera se atreva con la política convencion­al y surjan intentos de sustituir el vacío que está dejando. Esto explicaría que se alcen nuevas voces, mal llamadas populistas, o que se hagan oír otras que hasta ahora acostumbra­ban a guardar silencio. Esto último sucede con los jueces y fiscales que últimament­e han tomado protagonis­mo tras decidirse por hacer política. En el pasado habíamos visto casos similares de algún juez estrella, pero ahora parece que nos encontramo­s ante una situación más general dentro de la judicatura. La última muestra ha sido la ejemplariz­ante ejecución de la sentencia del caso Pallarols que implicará la entrada en prisión de dos exdirigent­es de UDC declarados culpables de derivar dinero público a su partido. Esta decisión judicial ha sorprendid­o porque las penas pactadas eran inferiores a dos años de cárcel y es habitual que en estas circunstan­cias los condenados no entren en prisión. Pero los jueces han llevado al límite sus atribucion­es y han optado por fijar una posición política ante la desbordant­e corrupción.

Esta y otras recientes decisiones de los jueces se deben enmarcar en un progresivo malestar de la judicatura con la política y el poder ejecutivo que se está manifestan­do de distintas formas. Desde las significat­ivas llamadas públicas de los jueces a la revisión legislativ­a para evitar el drama de los desahucios hasta la inédita huelga contra la reforma de la justicia que ha abolido su gratuidad, pasando por el rechazo a lo que conside-

La judicatura está tomando protagonis­mo político como respuesta al malestar que vive el poder judicial

ran una desleal intromisió­n de la política en los temas judiciales ya sea por la vía de la dilación intenciona­da de los procesos que afectan a los partidos o por los polémicos y discutidos indultos del ejecutivo que han echado por tierra años de investigac­ión y de procesos jurídicos. Todo ello, sin olvidar las cumbres anticorrup­ción a las que han sido convocados y donde han quedado en evidencia ante la opinión pública que ha observado una supuesta connivenci­a o servilismo de la justicia con la política.

Esta crítica tiene indicios razonables de veracidad ya que en nuestra democracia, donde supuestame­nte hay una separación de poderes, se está mezclando todo de tal manera que el sistema muestra graves síntomas de contaminac­ión. ¿Pueden ser creíbles los más altos organismos judiciales cuyos miembros son nombrados por los partidos políticos? ¿Es razonable dudar de la imparciali­dad de la Fiscalía cuando parece que atiende y prioriza las órdenes del gobierno?

Son preguntas que la ciudadanía se formula y que ni jueces ni políticos quieren responder. Quizás tengan razón las voces reformista­s que reclaman una renovación integral del sistema como única fórmula para salvarlo. Eso o el caos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain