Cura para un edificio que recayó enfermo
La biblioteca Agustí Centelles, donde se han dado casos de lipoatrofia semicircular, inicia reformas para reabrir en julio
La biblioteca Agustí Centelles, en la calle Urgell, volverá a abrir en julio, tras unas obras de mejora para evitar que vuelvan a producirse casos de lipoatrofia semicircular, una enfermedad que afectó a trabajadores de este equipamiento y que obligó a su cierre en diciembre pasado. Las reformas en la biblioteca están en licitación por un presupuesto de 306.000 euros más IVA, pero el coste total de la intervención suma otros trabajos e informes previos, con lo que el coste se elevará a unos 461.000 euros.
Es una factura sensiblemente más elevada que la que en principio se consideró necesaria para
curar este edificio enfermo. La razón es que se ha querido asegurar al máximo que quedará en condiciones para que se pueda trabajar en él y no haya una re-
La factura será mayor de lo previsto, 461.000 euros, porque incluye más actuaciones para evitar una recaída
caída. El concejal de Cultura de Barcelona y presidente del Consorcio de Bibliotecas, Jaume Ciurana, y los técnicos han tenido muy en cuenta el historial de esta biblioteca ubicada en el centro cultural Teresa Pàmies. El conjunto de estos equipamientos (la biblioteca, un casal infantil, un centro cívico y unas dependencias de trámites y servicios) se inauguró en mayo del año 2011, y a finales de ese mismo año se detectaron varios casos de lipoatrofia semicircular, una dolencia no grave que causa profundas estrías en los muslos, brazos y abdomen de quienes la padecen. Su aparición está normalmente relacionada con la humedad y los campos electromagnéticos. Por ello, durante febre- ro y marzo del año pasado se aplicaron medidas de mejora en las condiciones ambientales de la biblioteca, principalmente sustituyendo parte del pavimento y piezas del mobiliario de oficina. Aquellas actuaciones se conside- raron suficientes, y fueron avaladas como tales por la inspección laboral.
Al cabo de unos meses volvieron a darse síntomas de lipoatrofia entre empleados de la biblioteca y algún usuario que pasaba allí muchas horas. Ha habido al menos 13 diagnósticos de esta enfermedad. Alguno de los afectados sigue en tratamiento. A mediados de diciembre se cerró la biblioteca, y los trabajadores fueron destinados a otras dependencias municipales.
Con estos precedentes, mejor tomar todas las precauciones. De ahí el alto presupuesto y la previsión de unos trabajos más largos, pues si en un principio se esperaba reabrir la biblioteca en marzo, ahora está claro que no será posible hasta entrado el verano. Ciurana explica: “Hemos extremado aún más las medidas correctoras, para que no vuelva a pasar lo que ocurrió”.
Las mejoras previstas ahora
El Ayuntamiento reclamará, vía empresas de seguros, responsabilidades por la construcción
incluyen el refuerzo del sistema de humidificación de las estancias, la sustitución de pavimentos (para instalar otros más conductivos), la canalización de cableados de fuerza y datos a las mesas de trabajo y la apertura de nuevas ventanas al exterior, en la fachada y en la cúpula superior del edificio, que puedan abrirse en caso necesario por el personal de la biblioteca. La sustitución total del pavimento y una mejor ventilación eran las principales reclamaciones de los trabajadores. En unas semanas se espera adjudicar las obras y, mientras tanto, el Ayuntamiento ha iniciado trámites con empresas de seguros, para, en su caso, exigir responsabilidades por la construcción y las posteriores mejoras insuficientes.