Cristiano no descansa nunca
El Madrid se impone al Celta con un doblete del crack en un partido de ataques continuos y ningún control
Al Madrid le costó vencer la resistencia del Celta, que, amparado en un planteamiento valiente y en las paradas de Javi Varas, fue un hueso duro de roer. La victoria de los blancos llegó ya en el segundo tiempo gracias a Cristiano, autor de un nuevo doblete. El portugués no entiende de rotaciones. Se negó a descansar y volvió a ser decisivo.
La dureza del partido de Man- chester y el poco interés en la Liga pasaron factura al equipo de Mourinho. De inicio, el Madrid jugó con sólo cuatro titulares, el mismo número que ante el Barcelona en el Bernabeu: Cristiano, Özil, Khedira y Diego López.
En cambio, el rival, el Celta, metido en los puestos de descenso, se jugaba la vida. En sólo tres semanas Abel Resino ha cambiado la cara al equipo celeste. Ya no juega tan bonito como cuando lo dirigía Paco Herrera, pero es bastante más rocoso en defensa. Ahora junta mucho las líneas y no concede un metro.
El partido fue muy intenso. La puesta en escena del Celta fue de equipo grande. Sorprendió al Madrid desplegándose con una gran energía. Los primeros diez minutos fueron una tortura para los visitantes. Con una defensa improvisada con Essien, Albiol y Pepe, el Madrid no fue capaz de parar el juego entre líneas de Iago Aspas ni las internadas por las bandas de Augusto Fernández y Krohn-Dehli. Desarbolado una y otra vez, el Madrid se salvó gracias a tres grandes paradas de Diego López, muy a gusto en su papel de héroe improvisado.
Pasado el primer cuarto, el Madrid comenzó a sacar la cabeza porque disminuyó el chaparrón de los locales, que bajaron el rit- mo. El Madrid creció de la mano de Khedira, infatigable. Los blancos no necesitan mucho para hacer daño, pero en la siguiente media hora fueron poco reconocibles: tuvieron más juego que gol. El Madrid tuvo un buen puñado de ocasiones para adelantarse en el marcador, pero una tras otra Cristiano y Benzema acabaron estrellándose en un gran Javi Varas. Y la única oportunidad en la que superado Varas el gol se cantaba en la grada, el cabezazo de Cristiano topó en el travesaño.
La segunda parte empezó con un cambio en el Madrid. Mourinho quería ganar. Dejó en el banquillo a Khedira para dar salida a Xabi Alonso, una garantía en los balones largos, aun a costa de perder capacidad de recuperación en el centro del campo. Tanto empujó el Madrid que al cuarto de hora marcó por fin en una acción afortunada. Sacó de esquina Özil, chutó Callejón y tras un rebote le cayó muerto el balón a Cristiano, que fusiló a puerta vacía.
Parecía que todo estaba ya hecho para el Madrid, pero el Celta empató enseguida por medio de Aspas. Tampoco los locales pudieron asentar su juego. El Madrid se volcó en ataque y encontró la jugada decisiva en un claro penalti de Varas a Kaká transformado por Cristiano. Ni aun así se rindió el Celta. Ahora fueron los locales los que sacaron fuerzas de flaqueza para volver a tomar al asalto el área blanca. Park tuvo el empate en un cabezazo que se le fue al larguero, y el Madrid desperdició un par de contras muy claras, dos errores de Higuaín que pudieron costarle muy caro si antes Cristiano no hubiera enmendado la plana.
Como viene siendo costumbre cuando el Madrid gana, fue Aitor Karanka quien dio explicaciones en apenas 171 segundos en la sala de prensa. La clave estuvo en lo que le cuesta al Madrid aprovechar las ocasiones: “El año pasado entraban muchas, y este no están entrando tantas. pero con el tiempo irán entrando”. A Karanka no le gustaron los primeros quince minutos y valoró que el
L A Ú L T I M A O C A S I Ó N El Celta pudo empatar en el tiempo añadido, pero el coreano Park cabeceó un balón al travesaño
Celta pudo haber empatado: “Al fallar nosotros tantas ocasiones, ellos han podido empatar, lo que hubiera sido una pena”.
También habló Pepe: “Llevamos una temporada muy turbulenta. Se habla mucho del cambio de entrenador, pero lo importante es no perder nuestra línea. La victoria es merecida porque hemos sabido sufrir”. Otro que reaparecía, Albiol, fue claro: “Sólo aspiramos a la segunda plaza”.