Barça-Milan: el sueño de la gran remontada
El equipo aparca los debates internos para intentar mantenerse en Europa
El día del fútbol es mañana. En el Camp Nou ha de hablar el balón, y todos los barcelonistas, jugadores, entrenadores, directivos y espectadores bien harán, si así lo desean, en vivir el partido ante el Milan con la ilusión de un Carles Puyol. El capitán, no hay duda, pondrá el espíritu, la garra, la intensidad. Todos se tienen que contagiar de ese influjo para intentar cazar una remontada que no es utópica, ni mucho menos, pero sí que requiere de una actuación sobresaliente. Mañana es el día en que, al menos por dos horas, deben quedar aparcados todos los debates que han venido salpicando la actualidad barcelonista en las últimas semanas. A la par que el equipo iba perdiendo lustre, han ido surgiendo conflictos extradeportivos que han metido al club y a su afición en una situación incómoda. Contra el Milan sólo vale una pa- labra: Champions. Una palabra que transmite ilusión pero también responsabilidad. Una palabra que indica pasión pero también desafío. El Barça se metió en un entuerto en San Siro y ahora tiene la ocasión de deshacerlo.
La salida de Víctor Valdés, que no quiere renovar, la decisión de dejar al equipo en manos de Jordi Roura con Tito Vilanova en la distancia, los errores de la junta directiva en el asunto de la grada de animación, las andanadas de la oposición... Todo ese ruido tendría que callar ni que sea por una noche. Tiempo habrá de sobras para fiscalizar estas posturas y para pasar factura, si así lo requiere la situación. Cuantas más veces se escuche en el Camp Nou el nombre de Messi o resuenen los “Barça, Barça, Barça”, mucho mejor para el equipo, que está obligado a dar un paso al frente.
Es muy lícito demandar un apoyo que de, entrada, está más que garantizado. Pero el conjunto azulgrana tiene que transmitir buenas sensaciones desde el minuto 1. El público podrá comprender una eliminación si el resulta- do final se justifica en la falta de eficacia ante la meta rival, pero la gente quiere ver un Barcelona más poderoso, más compacto, más fresco y más imaginativo que el de sus enfrentamientos recientes ante el Real Madrid o contra el Milan.
Lo que está haciendo este equipo en la Liga, donde domina con 13 puntos de ventaja sobre los madridistas y 14 sobre el Atlético, es de aplaudir a rabiar. Ahora hace falta un salto adelante para sobrevivir en Europa. Que a la estética se le sume la épica.