Suicidio en Notre Dame contra la amenaza del islam
Un ensayista de ultraderecha se pega un tiro junto al altar
Dominique Venner, de 78 años, un conocido ensayista e historiador francés de extrema derecha, escogió ayer la simbólica catedral de Notre Dame de París para suicidarse y denunciar de este modo la amenaza de islamización de Francia y de Europa. Eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando Venner se pegó un tiro en la cabeza junto al altar de la catedral, frente a los 1.500 fieles y turistas que llenaban en aquel momento el templo, que fue posteriormente evacuado.
En su último blog, colgado la misma mañana de ayer, el ensayista abogaba por la realización de “gestos nuevos, espectaculares y simbólicos” para despertar las conciencias sobre el peligro de islamización de la sociedad. Y, evocando al filósofo alemán Martin Heidegger, reivindicaba el derecho –si no el deber– de vivir de forma consecuente hasta el último momento: “El último segundo tiene tanta importancia como el resto de una vida. Por eso, hay que ser uno mismo hasta el último instante”, dejó escrito.
Venner dejó sobre el altar varias cartas, en las que puede que explique su gesto. Pero a falta de conocer su contenido, el sentido de su último post es clarificador. Algunos medios de comunicación vincularon apresuradamente el suicidio del ensayista a una protesta contra la ley de las bodas gais, que el ensayista juzgaba “infame”. De hecho, su blog llevaba como título “La manif del 26 de mayo y Heidegger”, en alu- sión a la manifestación del próximo domingo contra el matrimonio homosexual. Pero su verdadera preocupación era el islam.
Tras reproducir el comentario de un bloguero argelino, según el cual la ley del matrimonio gay será anulada cuando “dentro de 15 años los islamistas tengan el poder en Francia”, Venner subraya que si eso sucediera “sus consecuencias serían mucho más gigantescas y catastróficas que la detestable ley Taubira”. “Desde hace 40 años, los políticos y gobernantes de todos los partidos (salvo el FN), así como la patronal y la Iglesia, han trabajado activamente en este sentido acelerando por todos los medios la inmigración afromagrebí”, decía.
Para el ensayista éste era el mayor peligro para Francia. “Los manifestantes del 26 de mayo no puede ignorar esta realidad. Su combate no puede limitarse al matrimonio gay”, decía, y subrayaba que “no bastará organizar manifestaciones amables” para impedir lo que el escritor Renaud Camus definió como la “gran sustitución” de las poblaciones originarias de Francia y Europa. Venner proponía, en consecuencia, “gestos nuevos, espectaculares y simbólicos para quebrar las somnolencias, sacudir las conciencias anestesiadas y despertar la memoria de nuestros orígenes”.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, no se equivocó al calificar el suicidio de Venner como “un gesto político para despertar al pueblo de Francia”.