Catalunya mantiene un déficit fiscal de 16.500 millones con el Estado
La Generalitat cifra en el 8,5% del PIB el desequilibrio de la balanza fiscal del 2010
Barcelona
Catalunya mantiene con el Estado un déficit fiscal del 8,5% de su PIB, que equivale a 16.543 millones de euros al año. Estas son las cifras que dio a conocer ayer el conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, al hacer público el resultado de la balanza fiscal correspondiente al ejercicio del 2010 y que confirma la tónica de un déficit fiscal crónico –situado en una media del 8,1% del PIB y de prácticamente 15.000 millones de euros anuales– desde que en 1986 la Generalitat empezó a contabilizar estas balanzas fiscales con metodología comparable.
El actual titular de Economia era la segunda vez que hacía públicas las balanzas fiscales de Catalunya: el 12 de marzo del 2012 para actualizarlas entre los ejercicios del 2006 y 2009 y ayer para publicar los datos del 2010, los últimos de que se dispone, en cumplimiento del mandato del Parlament de darlas a conocer anualmente de ahora en adelante. En ambos casos, y de acuerdo con el criterio adoptado ya por su antecesor, Antoni Castells, el resultado de la balanza fiscal se ha calculado de dos maneras: según el flujo monetario (el que tiene en cuenta en qué territorio gasta el dinero el Estado) y según el flujo de beneficio (el que considera a quién beneficia el gasto que hace el Estado con independencia de dónde lo realiza. Con las dos fórmulas el balance para Catalunya es negativo, aunque más con la del flujo monetario, que, según la Generalitat, es el criterio más correcto para analizar la influencia que tiene la acción del sector público sobre el crecimiento económico de un territorio y que, de hecho, es en el que históricamente basa todos sus cálculos sobre el déficit fiscal con el Estado.
Esta fórmula certifica que el 2010 Catalunya mantuvo los mismos parámetros de déficit fiscal que el 2009 (8,5% y 16.543 millones frente a 8,4% y 16.409 millones), que se traducen en 2.260 euros por cada catalán, más del doble de la primera cifra del 1986 (1.092 euros). Unos números que son fruto de que Catalunya aporta el 19,4% del total de ingresos de la Administración central y la Seguridad Social (superior a su peso del 18,6% en el PIB del conjunto del Estado) y recibe tan sólo el 14,2% (inferior al 16% que representa su población en el total del Estado). Es decir, en un presupuesto equilibrado convenientemente neutralizado por el nivel de endeudamiento que asume cada territorio, Catalunya aportó el 2010 al Estado 61.872 millones de euros y recibió tan sólo 45.329, lo que da la diferencia negativa de 16.543 millones.
Para hacerse una idea de la magnitud que representa este déficit fiscal, Andreu Mas-Colell explicó que con tal cantidad el Govern podría hacer frente a todo el gasto correspondiente al Estado de bienestar, o sea, educación, sanidad y servicios sociales. Si los mismos porcentajes se calculan con el método del flujo de benefi-
cio, las cifras resultantes son algo inferiores, pero aún así negativas para Catalunya, que en este supuesto habría aportado 60.577 millones y recibido 49.319, esto es 11.258 menos (el 5,8%). Se mire como se mire, la situación, a juicio de la Generalitat, es grave, y lo es todavía más si de la redistribución de recursos dentro del Estado español se excluye la Se- guridad Social, desempleo incluido. En este caso, lo que aporta Catalunya al conjunto de España es el 19,5% del total y lo que recibe sólo el 11,3%, lo que representa un desequilibrio de más del 40% entre un concepto y otro, esto es, que de cada euro que el Estado recauda en Catalunya 42 céntimos no regresan nunca.
El conseller de Economia desvinculó, en cualquier caso, los datos de las balanzas fiscales de la negociación sobre el objetivo de déficit público para el 2013 con el Gobierno español, que sigue siendo el obstáculo para que la Generalitat no presente los presupuestos. Lo que sí que dijo que le gustaría negociar fue precisamente la reducción del déficit fiscal, aunque evitó dar detalles sobre los parámetros que considera que deberían corresponderle a Catalunya. En este contexto, situó “en el pasado” la reivindica- ción del pacto fiscal, lo cual precisó que no sería obstáculo para que el Govern participara en todos los foros en donde se discutiera sobre la financiación de Catalunya, en alusión a la revisión del modelo de financiación autonómica que en teoría debería emprenderse este mismo año. “No pretendemos, como hicimos en el pasado, liderar estas discusiones, pero estaremos en las negociaciones para defender los intereses de Catalunya con firmeza, y los intereses de Catalunya pasan lógicamente por intentar disminuir la cifra de déficit fiscal”, subrayó Andreu Mas-Colell.
Las cifras sobre las balanzas fiscales sólo recibieron, sin embar- go, el respaldo de CiU y ERC, frente a las críticas del conjunto de la oposición. Maurici Lucena (PSC) censuró que “en los últimos años el Govern ha tenido la tendencia de utilizar las cifras que benefician a su proyecto político” y Enric Millo, con un argumento muy similar, lamentó que “el Govern publica los datos que más le convienen para alimentar el discurso del agravio”, mientras Dolors Camats (ICV-EUiA) pedía explicaciones de “porqué el Govern opta por unos métodos de cálculo y no por otros”. El Ministerio de Hacienda declinó, por su parte, comentar los resultados del año 2010 hechos públicos por la Generalitat.