Wert defiende la integridad de la Lomce ante los envites de la oposición
Rajoy aboga por un sistema que esté basado en la calidad, el mérito y el esfuerzo
José Ignacio Wert contra todos. El ministro de Educación inició ayer la incómoda defensa parlamentaria de la ley orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) esgrimiendo como principal argumento la urgencia de reformar un sistema que hace aguas por todas partes.
“¿Es innecesaria una reforma con un abandono escolar temprano del 25%? ¿Un sistema que tiene un índice de repetición a los 15 años del 37%...?” El ministro asumió todo el protagonismo respondiendo a siete preguntas seguidas en la sesión de control del Senado para tratar de demostrar que todos los reproches que se le hacen tienen raíces políticas, pues ninguno se dirige hacia los pilares de la profunda reforma del sistema de educación primaria y secundaria.
“El Gobierno está dispuesto a hacer el mayor esfuerzo de diálogo pero respetando los elementos cardinales de la reforma, sobre ninguno de los cuales he escuchado ninguna opinión”, le dijo ayer Wert al senador de CiU Ramón Alturo, el séptimo que le interpelaba. Alturo le había recriminado al ministro, además de su ataque al sistema lingüístico catalán, que ni el PP ni el PSOE hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en las bases de ninguna de las siete leyes educativas de la democracia.
Fuentes del Gobierno recordaban ayer que, si bien es cierto que nunca se ha materializado un pacto de Estado por la educación, las leyes aplicadas han sido siempre socialistas, pues la única que aprobó el PP de Aznar fue derogada por Zapatero antes de que entrase en vigor.
Pero, para el Ejecutivo, la ausencia de consenso con el PSOE no puede ser excusa para no abor- dar una reforma tan necesaria. El propio presidente, Mariano Rajoy, salió ayer en defensa de un nuevo sistema basado “en la calidad, el mérito, el esfuerzo y la mejora de contenidos”. Durante una visita a la Biblioteca Nacional junto con Wert, Rajoy sostuvo como imprescindible “un sistema educativo que asiente una biografía común, explique los retos del presente y se proyecte hacia un futuro integrador”.
Por la tarde, en el Senado, el ministro prefirió recurrir de forma insistente a los argumentos más pragmáticos: “hemos invertido muchos recursos y obtenidos pocos resultados”.
Resultados que el ministro reconoció al sistema vasco, pero negó al catalán. “No voy a poner en cuestión que el sistema (de inmersión lingüística) haya sido inclusivo o haya servido para inclusión social, pero no deben estar muy satisfechos del rendimiento del sistema”, dijo Wert recordando que el abandono escolar en las aulas catalanas está al mismo ni- vel que la media española y lejos del sistema mixto adoptado en el País Vasco. “No es precisamente para estar orgulloso” y “no es lo que les correspondería”, comentó irónicamente el ministro aludiendo al mayor nivel socioeconómico de Catalunya y su teórica influencia sobre los resultados académicos.
En contraposición a la visión del ministro, el conseller de Presidencia, Francesc Homs, consideró el proyecto de ley un “atentado” contra el sistema de inmersión lingüística que no se basa en motivos pedagógicos. Homs recordó que el Ministerio dispone de datos que indican que los alumnos de Catalunya tienen un conocimiento del castellano superior a la media española. La ley, dijo, “obedece a criterios partidistas” exclusivamente.
El colofón de la jornada lo puso el rechazo del Congreso a una moción socialista que solicitaba la retirada de la Lomce. El debate, con un tono muy agrio y lleno de reproches, dio el banderazo de salida a la tramitación de una ley en la que el PP asegura que realizará esfuerzos añadidos de diálogo, pero donde sólo se vislumbran un sinnúmero de desencuentros parlamentarios.