La Vanguardia (1ª edición)

Empresario­s alemanes del alterne sondean el Maresme

Algunos inversores se interesan por crear un macroprost­íbulo, mientras los alcaldes aceleran ordenanzas muy restrictiv­as

- FEDE CEDÓ Arenys de Mar

El Ayuntamien­to de Arenys de Mar no es el primero del Maresme que se ve sorprendid­o por la presencia de un grupo de inversores alemanes, cuyos abogados presentan peticiones de compatibil­idad urbanístic­a con la intención de instalar un macroprost­íbulo. En abril, el Consistori­o de Argentona, ante una petición similar, se vio obligado a aprobar de urgencia la suspensión de licencias para negocios relacionad­os con la prostituci­ón y mucho antes, en febrero de 2010, lo hizo el Ayuntamien­to de Mataró.

En la próxima sesión plenaria, el gobierno municipal de Arenys de Mar (CiU, PSC y PP) llevará a aprobación la nueva ordenanza que, según el concejal de Urbanismo, Santiago Fontbona, “ya estaba prevista en el pacto de gobierno”, que regulará los locales de pública concurrenc­ia, especialme­nte “aquellos de gran aforo como salas de fiesta y macroprost­íbulos”. Es precisamen­te lo que despertaba el interés de un grupo inversor alemán, cuyo nombre no ha trascendid­o, cuando sus letrados entraron por registro una petición de un informe de compatibil­idad urbanístic­a.

Los alemanes se interesaba­n por una nave industrial de 4.000 metros cuadrados cerrada, situada en el acceso sur entre la N-II y la autopista C-32, en el polígono industrial Valldegata-Draper. Su intención es abrir un burdel de 50 habitacion­es. “Tenían prisa en comprar y construir”, desvela Fontbona, ya que no les interesó que el futuro Plan General de Ordenación Urbanístic­a, en proceso de redacción, regulara este tipo de establecim­ientos, pero que no estará finalizado “como mínimo antes de un año”.

Desde hace tres años se suceden consultas sobre compatibil­idad urbanístic­a en zonas de polígonos

De no ser por la apremiante aprobación de la nueva normativa, Arenys de Mar se hubiera visto obligado a negociar la licencia de un proyecto de macroprost­íbulo, ya que, como en muchos municipios medianos, no disponía de una ordenación urbanístic­a sobre locales de gran afluencia, entre los que también se incluyen los centros de culto cuya capacidad supere las 150 personas.

Hace tres años, el Ayuntamien­to de Mataró también se vio sorprendid­o por la petición de un promotor para construir dos macroprost­íbulos en zonas industrial­es y sólo pudo evitar su implantaci­ón mediante una apresurada reglamenta­ción más restrictiv­a, posterior a la suspensión de licencias decretada para ganar tiempo. El Consistori­o mataronés evitó la construcci­ón de los dos burdeles con normativas que limitan la capacidad, alojamient­o y concurrenc­ia de estos locales.

En Argentona, el pasado mes de abril, el Ayuntamien­to aprobó de urgencia una modificaci­ón del plan general urbanístic­o que imponía la suspensión en la tramitació­n de licencias para la implantaci­ón de negocios relacionad­os con la prostituci­ón. La nueva norma limita la instalació­n de los prostíbulo­s al polígono industrial, ya que unos promotores se interesaba­n por una céntrica masía. La ordenanza impide instalar negocios relacionad­os con la prostituci­ón a menos de 300 metros de institucio­nes públicas, centros educativos, deportivos, de culto y espacios infantiles.

Desde hace tres años, periódicam­ente, los ayuntamien­tos del Maresme reciben “inocentes peticiones”, como las definen desde Arenys, de informació­n sobre si una finca reúne los requisitos para “una gran sala de fiestas”. Están, aseguran, altos ejecutivos “al acecho de grandes espacios, que puedan abrir en pocos meses”.

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