Biblioteca del Catalanismo
Por fin aparece una colección que nos define. ¿Qué es Catalunya? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?... Nos lo cuentan los autores de la Biblioteca del Catalanismo, dirigida por Jordi Amat y publicada por La Magrana/RBA. Son Joan, Ferran, Lluís, Maurici, Jaume, Raimon, Pierre…. ¿No echan nada en falta?... Las obras se completan con un prólogo contemporáneo; los prologuistas se llaman Valentí, Josep, Borja, Enric… A estas alturas, ya no les sorprenderá que la presentación de la Biblioteca la hiciera Josep Maria, alto cargo de una institución en la que para ascender es imprescindible –lo pone en sus estatutos– el cromosoma XY, ni que al tal Josep Maria (abad de Montserrat) lo arroparan Jordi, Pasqual, José y Artur, dirigentes de otra institución que ha sido siempre gobernada con los mismos cro- mosomas, aunque no esté escrito en ningún sitio (es que somos muy modernos).
La cosa es tan intrigante que para explicarla no nos va a quedar más remedio que acudir a la oftalmología. Igual que existe una enfermedad llamada discromatopsia que se traduce en “ceguera al azul”, o al verde o al rojo, parece existir en ciertos directores de colección, editores, y también, ay, empresarios, políticos y demás, una “ceguera al violeta”, que en este caso les ha impedido, por ejemplo, percibir la existencia corporal de Isabel-Clara (Simó), Patricia (Gabancho), Pilar (Rahola), Marta (Pessarrodona) y otras periodistas que podrían escribir prólogos si no fuera porque el cromosoma XX las convierte en invisibles. Tampoco parece habérseles pasado por la cabeza que igual que han fabricado un libro con artículos de Gaziel para incluirlo en esta co- lección, podían haber hecho lo mismo con Dolors Monserdà, Caterina Albert, Aurora Bertrana, Mercè Rodoreda, Montserrat Roig o Maria Mercè Marçal. Pero no quiero ser injusta. No es cierto que estos catalanistas oficiales no quieran a las mujeres. Claro que las quieren. Como compradoras de sus libros, como admiradoras, como público para aplaudir, como votantes, y para acostar a los niños mientras ellos salvan la patria. Si no sabíamos de dónde venimos y adónde nos proponen ir, ahora ya lo sabemos: del patriarcado y al patriarcado, eso sí, con cuatro barras. Por cierto, lo que más destacaron los participantes en el acto de presentación de la Biblioteca del Catalanismo fue su… adivínenlo… “pluralidad”. ¿No es enternecedor?