El ‘drone’ catalán quiere tener su base en Alguaire
El avión tripulado remotamente desarrollará labores de vigilancia, extinción de incendios y fumigación de campos
La empresa Singular Aircraft presentó ayer en el aeropuerto de Lleida-Alguaire el primer prototipo catalán de avión no tripulado, un drone diseñado para uso civil exclusivamente, esto es, actividades de control, vigilancia o transporte, pero también extinción de incendios o fumigación de grandes extensiones de cultivo.
Según el director ejecutivo de Singular Aircraft, Luis Carrillo, si la Agencia Española de Seguridad Aérea autoriza los vuelos de prueba en Alguaire, la intención es instalar junto al aeropuerto un hangar de 20.000 m2 para la construcción en serie de los drones que luego se distribuirían por todo el mundo.
Esta factoría aeronáutica necesitaría unos 200 trabajadores, y daría trabajo a unos 40 proveedores del entorno, en un plazo no superior a los cuatro años, explicó Carrillo. “La sede de Cornellà es pequeña para albergar la construcción de los aviones y a la compañía Alguaire le parece idóneo, ya que tiene una gran pista, está apartado de las zonas habitadas y cuenta con un parque industrial en sus proximidades”, afirmó.
El modelo SA03 ya ha suscitado interés de países emergentes. Carrillo destacó sobre todo el sustancial ahorro que supone este avión, que se aprovecha de la tecnología de la automoción. El coste de fabricación es 350.000 euros mientras que el de un Canadair como el que utiliza el ejército para la extinción de incendios es de 30 millones. De la misma manera, el coste de una hora de vuelo del SA03 es de unos 200 euros, mientras que el que utiliza el ejército ronda los 6.000 euros por hora. El aparato tiene una autonomía de más de 40 horas de vuelo y puede operar en entornos complicados como ante una orografía compleja o en pistas de aterrizaje irregulares. “En Ecuador lo quieren para controlar la actividad de siete volcanes, en Chile para controlar las costas ante la pesca del atún por barcos japoneses”. El secretario de Territori i Mobilitat, Ricard Font, garantizó el apoyo de la Generalitat a la iniciativa.