Obama acota el uso de los ‘drones’ y pide de nuevo cerrar Guantánamo
El presidente busca un horizonte para concluir la guerra contra los terroristas
Doce años y dos guerras después del atentado del 11-S, el presidente Barack Obama dibuja los nuevos perfiles de lo que su antecesor, George W. Bush, llamó guerra contra el terrorismo.
“Debemos definir la naturaleza y el alcance de esta lucha, o nos definirá a nosotros”, dijo ayer en un discurso en la Universidad Nacional de Defensa, cerca de Washington. Y citó al presidente Madison: “Ninguna nación puede preservar su libertad en medio de una guerra continua”.
Con Obama, la guerra contra los terroristas tiene su piedra angular en los drones, los aviones sin piloto que han matado a más de tres mil personas en Pakistán, Yemen y Somalia. No hay lugar en este conflicto para una prisión como Guantánamo, según el presidente. Son las fuerzas armadas y no la CIA, como ha ocurrido en los últimos años, las que deben llevar el mando. Y, sobre todo, como avisaba Madison, no puede ser una guerra perpetua, sino que debe centrarse en desmantelar las redes que desafían a EE. UU., pero que, sin Osama bin Laden, son menos amenazantes que la Al Qaeda que atacó a la primera potencia en el 2001. El peligro son grupos localizados en lugares como Yemen, extremistas en los países de la primavera árabe o lobos solitarios como los que perpetraron el atentado de Boston.
Empieza otra etapa, y es el momento de establecer las reglas y objetivos más transparentes y ajustados al derecho de EE.UU. e internacional, según Obama.
En el discurso, el presidente reivindicó los drones como un arma más eficaz y precisa que los bombardeos con aviones tradicionales o el despliegue de tropas.
Pero sugirió crear alguna instancia de supervisión de estas acciones, ahora opacas y de legalidad dudosa. Y acotó su uso a situaciones en las que los objetivos planteen amenazas “continuas e inminentes” y no puedan ser capturados. Unos 400 civiles han muerto por ataques con drones, según algunos cálculos.
El miércoles, la Administración Obama admitió que, entre los muertos en operaciones con aviones sin piloto, se encuentran cuatro ciudadanos estadounidenses, entre ellos un menor. Una crítica a los drones es que otorgan al comandante en jefe la capacidad para matar a cualquier persona, en cualquier lugar, sin juicio previo. Los vehículos armados sin tripulación (el término técnico), controlados a distancia, observan y disparan sin riesgo para el agresor. Bush apenas los usó.
Cuando Obama llegó a la Casa Blanca, mostró la ruptura con Bush con decisiones como prohibir la tortura. EE.UU. se retiró de Iraq y en el 2014 dará por acabados los combates en Afganistán. Pero, en lo fundamental, su campo de juego es el que heredó del republicano, en un país que, tras el 11-S, entró en una suerte de estado de excepción.
Obama ha acelerado la guerra secreta con drones. También ha intensificado la persecución judicial de funcionarios y empleados del Gobierno que filtraban información delicada a la prensa.
La noticias, en los últimos días, de periodistas que habían visto sus llamadas y e-mails controlados por el Departamento de Justicia han reavivado el debate entre la libertad de prensa y la preservación de secretos de Estado. “Los periodistas no deberían exponerse a un riesgo legal por hacer su trabajo”, admitió Obama.
El ejemplo más llamativo de la continuidad con las políticas posteriores al 11-S es la prisión de Guantánamo (Cuba), donde, tras la invasión de Afganistán en el 2001, EE.UU. encerró a detenidos en el conflicto posterior. En el 2009 Obama prometió clausurar Guantánamo. Pero topó con el Congreso, y sigue abierta.
La huelga de hambre de más de cien de los 166 detenidos que siguen en Guantánamo ha forzado a la Casa Blanca a ocuparse de la prisión. El presidente cree que daña los intereses de EE.UU. Y es caro: cada preso cuesta casi un millón de dólares anuales.
Que la cuestión perturba íntimamente a Obama se evidenció en su respuesta a una activista que interrumpió el discurso con reproches por su promesa incumplida. “Vale la pena prestar atención a la voz de esta mujer”, dijo.
Obama anunció el fin de la prohibición de trasladar a detenidos
yemeníes a su país, decidida tras un intento de atentado en el 2009 orquestado en Yemen. Este podría ser un primer paso para cerrar Guantánamo, símbolo de una guerra contra el terrorismo que ahora se está redefiniendo.
“Esta guerra, como todas las guerras, debe terminar –dijo el comandante en jefe–. Es lo que aconseja la historia. Es lo que exige nuestra democracia”.