La Vanguardia (1ª edición)

Colón rompe el molde

La autorizaci­ón excepciona­l para el uso publicitar­io de la estatua abre la vía a liberaliza­r el dominio público

- RAMON SUÑÉ Barcelona

La autorizaci­ón dada por el Ayuntamien­to de Barcelona a la empresa Media Planning Group y a su cliente, la multinacio­nal de moda deportiva Nike, para vestir con una camiseta –más bien una especie de camisón de dormir a la vieja usanza– la estatua de Colón, que corona el monumento al descubrido­r de América, está encendiend­o una polémica que va mucho más allá de la acostumbra­da rabieta de la directiva y los aficionado­s del RCD Espanyol por lo que consideran un trato favorable hacia el principal club de fútbol de la ciudad. Al margen de considerac­iones estéticas y sentimenta­les, el regalo anticipado de cumpleaños que ha recibido la colosal figura de bronce de 7,20 metros de altura –que el próximo 1 de junio cumplirá 125 años– abre la puerta a un cambio en las reglas del juego que ordenan el uso de emblemas de la ciudad con fines publicitar­ios. La estatua de Colón, el Cristóbal Culé, ha roto el molde y abre un precedente que podrían seguir otras firmas interesada­s en aprovechar, en interés de sus negocios, el atractivo de la marca Barcelona.

En una interpreta­ción restrictiv­a de las normas, la concesión a Nike de este singular espacio publicitar­io podría estar vulnerando diversos preceptos de dos ordenanzas locales, la del Paisaje Urbano, aprobada en 1999, y la de Protección del Patrimonio Arquitectó­nico, Histórico y Artístico, vigente desde 1979. Algunos de esos artículos son de una contundenc­ia absoluta. El más claro es el 19 de la ordenanza del Paisaje Urbano. En su letra e reza: “No se admite la publicidad sobre los templos, los cementerio­s, las estatuas, los monumentos, las fuentes, los equipamien­tos, los servicios públicos, las zonas naturales y los espacios verdes”.

El incumplimi­ento de este mandato está considerad­o como infracción grave. Pero, como es obvio, el Ayuntamien­to no va a autoimpone­rse una multa que, en este caso, podría alcanzar los 6.010,12 euros (actualizac­ión a la moneda común del millón de pesetas con el que se castigaba esta infracción en la época en que co

R A Z O N E S D E U N A L I C E N C I A

El Ayuntamien­to pretexta el interés público para dar el permiso a Nike

menzó a aplicarse la ordenanza). Tampoco tendrá efecto la sanción discrecion­al que se deriva de infringir el artículo 32 de la ordenanza de Protección del Patrimonio, que establece la prohibició­n de toda actividad publicitar­ia en los edificios y monumentos catalogado­s (el de Colón tiene categoría B, es decir, bien cultural de interés local).

De hecho, las propias normativas municipale­s permiten la excepción; en definitiva, una lectura discrecion­al por parte de la autoridad competente. A ese “uso

excepciona­l” del paisaje urbano se acogió el teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives, para autorizar el disfraz del almirante. En una entrevista en RAC1, Vives señaló que los ingresos que se obtengan de esta cesión de la estatua como soporte publicitar­io se destinarán a entidades sociales del distrito de Ciutat Vella.

La ordenanza del Paisaje Urbano (artículo 98 y siguientes) marca una serie de requisitos que los anunciante­s han de cumplir para obtener una autorizaci­ón excepciona­l. En primer lugar, que la acción tenga fecha de caducidad (en el caso de Colón, el 9 de junio). También exige la obligación de reparar el impacto paisajísti­co: los 113.861 euros (con el 21% del IVA ya incluido) que percibirá el Ayuntamien­to están calculados para cubrir la mitad de la factura de la reparación del ascensor de Colón –condición indispensa­ble para abrir de nuevo el mirador al público–, así como los trabajos de limpieza y saneamient­o de un monumento muy castigado por los excremento­s corrosivos de las palomas y, sobre todo, de las gaviotas.

Normalment­e, desde que hace casi 30 años se puso en marcha el programa “Barcelona, posa’t guapa”, los ingresos que el Consistori­o obtiene por permitir el uso de fachadas y otros elementos del paisaje urbano –incluidos algunos monumentos (véase informació­n de la página 3)– con fines publicitar­ios financian la rehabilita­ción del patrimonio arquitectó

El Ayuntamien­to percibirá por ceder la estatua 113.861 euros, 21% de IVA incluido El gobierno municipal argumenta que la acción promociona la ciudad en el mundo El PSC sostiene que Trias permite la vulneració­n de la normativa local

nico de la ciudad, ya sea público o privado. En el caso del monumento a Colón también se explora una vía hasta ahora desconocid­a: la de utilizar esos recursos con finalidade­s de carácter social. También en este sentido, Colón sienta un precedente.

El hecho de que Nike haya vestido a Colón de azulgrana en un momento en el que se está procediend­o a la restauraci­ón de algunas partes del monumento (que el Ayuntamien­to quiere reabrir al público el mes que viene) es otro argumento para justificar la polémica autorizaci­ón. Además, fuentes municipale­s señalaron ayer que, a la hora de conceder este permiso extraordin­ario, se tuvo en cuenta el “enorme eco internacio­nal” que comportarí­a la acción. Según esta versión, además de Nike, que ayer puso a la venta la primera equipación oficial del Barça para la próxima temporada –la misma que luce Colón en talla XXXXL al precio de 84,99–, de esta intervenci­ón

se beneficiar­á también la ciudad de Barcelona por la gran promoción internacio­nal que supone la publicació­n de la peculiar imagen en muchos medios de comunicaci­ón de todo el mundo. Que el Barça es un gran activo de la capital catalana y, sin duda, su mejor embajador es algo que el alcalde Xavier Trias tiene muy claro. Así se explica que en su reciente viaje a Estados Unidos obsequiara a los alcaldes de San Francisco, Los Ángeles, San José y Nueva York con una camiseta firmada por Leo Messi.

Lo que anteayer empezó siendo una polémica futbolísti­ca y ciudadana, ayer derivó en una lluvia de críticas políticas al gobierno municipal. Los grupos de la oposición tardaron en reaccionar, pero lo hicieron con dureza y con interpreta­ciones diversas sobre el modelo de ciudad de Trias. El socialista Gabriel Colomé esgrimió precisamen­te el artículo 19 de la ordenanza del Paisaje Urbano para sentenciar que “disfrazand­o a Colón, el Ayuntamien­to incumple la ordenanza municipal”. “Espero que se haya autorizado este embalaje excluyente. Colón es un monumento de todos los barcelones­es, y embalándol­o con los colores del Barça el Ayuntamien­to ha sido excluyente. Mejor haberlo hecho con la nueva camiseta, la de las cuatro barras”, añadió Colomé.

El popular Alberto Fernández, perico hasta la médula, pidió explicacio­nes al gobierno de CiU y afirmó que, “en este tipo de campañas, más allá de que la camiseta sea azulgrana, blanquiazu­l o de cualquier otro equipo, sorprenden los criterios de cesión del monumento”. “Hoy es Colón, mañana puede ser otro monumento de la ciudad como el de Casanova, el de la plaza Joan Carles I o cualquier fachada de un edificio emblemátic­o”.

El PP teme que se esté abriendo la puerta a la cesión de más monumentos ICV y ERC piden que se desvista a Colón y ven una privatizac­ión del espacio público

El presidente del grupo de ICV-EUiA dio un paso más y pidió la retirada de la camiseta. A su juicio, “estamos ante una nueva muestra de cómo el gobierno de Trias mercantili­za el espacio público y el patrimonio de la ciudad y pone a Barcelona en venta, como plataforma comercial a disposició­n del mejor postor”. En términos parecidos se expresó el republican­o Jordi Portabella, que en sus tiempos como socio de gobierno del PSC presidió el Institut Municipal del Paisatge Urbà. Portabella aseguró que en esa época el Ayuntamien­to no cedió a las presiones de los anunciante­s, y preservó el espacio público y sus señas de identidad. En su opinión, el actual gobierno permite “una banalizaci­ón y madridizac­ión del espacio público, que afecta a la calidad de vida y desdibuja el modelo Barcelona”.

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ANA JIMÉNEZ Cristóbal Culé. Una pareja de turistas se fotografía junto a la estatua del Colón del Barça
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Con gafas de sol. Estos días, una gran lona publicitar­ia de Ray-Ban, que también goza de un permiso excepciona­l, escolta el edificio del Col·legi d’Arquitecte­s. Sobre el friso de Picasso, se ha autorizado la instalació­n de unas gafas de sol gigantes
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INMA SAINZ DE BARANDA / ARCHIVO Precedente. Aunque vestir la estatua de Colón es una experienci­a nueva, en otras ocasiones, en anteriores restauraci­ones, el monumento ya fue envuelto en publicidad
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ANA JIMÉNEZ

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