Doble imputación a dos antidisturbios
La misma dotación implicada en el caso de Ester Quintana es ahora investigada porque un ciudadano perdió el bazo
Drago 40 es el indicativo de una de las furgonetas de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra. Su jefe y el escopetero están imputados por las heridas sufridas por Ester Quintana durante los incidentes de la huelga general del 14 de noviembre, cuando perdió un ojo, según sostiene, por el impacto de una pelota de goma. Ahora, los mismos tienen que comparecer en otro juzgado porque, en la anterior huelga general, el 29 de marzo, otro ciudadano recibió el impacto de un proyectil de este tipo y perdió el bazo. El juez que investiga este asunto tomó ayer declaración como imputados a once miembros de la policía autonómica en relación con este segundo episodio. Hoy comparecerán otros once.
Durante la jornada de huelga general del 29 de marzo se registraron numerosos y violentos incidentes en Barcelona, que se saldaron con casi treinta detenidos y una cuarentena de heridos. Pero no todos los afectados eran manifestantes. Un hombre, sobre las nueve de la noche, se dirigía a casa de su madre para hacer una reparación casera, en el convencimiento de que los altercados ya habían terminado. Cuando estaba en el cruce de Balmes y Gran Via recibió un impacto y cayó al suelo. Lo trasladaron al hospital del Mar, donde a consecuencia de la herida le tuvieron que extirpar el bazo. Cuando ingresó en el centro médico todavía agarraba el grifo que iba a sustituir en el domicilio de su madre. Se da la circunstancia de que a la víctima sólo le faltaba superar una prueba para ingresar en los Mossos d’Esquadra.
Tanto el informe del hospital del Mar como el de los forenses del Institut de Medicina Legal de Catalunya explicitan que las lesiones son compatibles con los daños causados por una pelota de goma. El juzgado de instrucción 24 de Barcelona abrió una investigación sobre el asunto y
Los Mossos reconocen el empleo de pelotas de goma y dicen que los mandos autorizaron estos proyectiles
preguntó a los Mossos quiénes eran los que estaban en las proximidades, y la contestación fue que casi 200. Ante ello, el magistrado imputó a los once mandos de las dotaciones y a los once escopeteros. Ayer declararon los mandos, quienes reconocieron que aquel día se usaron pelotas de goma y que la dirección del cuerpo autorizó su empleo.
La semana pasada declararon varios testigos de los acontecimientos. Uno de ellos aseguró al juez que vio cómo la víctima recibió el impacto de una pelota de goma. Además, el juzgado dispone de la grabación de un particular donde se ve a un agente haciendo uso de su escopeta, solo, en medio de la calle, en la zona de la Universitat. En sus inmediaciones no hay nadie, aunque no se ve si más adelante hay incidentes. Pero los testigos han señalado que, a las nueve de la noche, cuando fue alcanzado el ciudadano, ya no ser producían allí altercados.
Según la información de que dispone el juzgado, la unidad de los antidisturbios que estaba en la zona es la 4, que consta de nueve furgonetas. El mando de este equipo recae en la dotación Drago 40, comandada por un subinspector. Se da la circunstancia de que este jefe y el escopetero del grupo también están imputados en el juzgado de instrucción 11, donde se indagan las heridas sufridas por Ester Quintana el 14 de noviembre, tras las manifestaciones de otra huelga general, casualmente muy cerca de este otro incidente, en el paseo de Gràcia entre Gran Via y Casp. Quintana perdió un ojo y la policía autonómica sigue sosteniendo que esa jornada no se utilizaron pelotas de goma, aunque los informes médicos también aseguran que sus lesiones son compatibles con este tipo de proyectiles.
El juez que indaga cómo perdió el bazo este ciudadano tiene situadas dos de las furgonetas a poca distancia de donde se produjo el suceso, justo en el cruce de Balmes y Gran Vía. El hombre cayó herido a pocos metros, en la acera del lado Besòs de la Gran Via.