Roca y Adrià cenan en El Celler bajo la mirada del ‘Magazine’
El Magazine ha conseguido reunir en un reportaje exclusivo a Joan Roca y Ferran Adrià, los dos chefs más solicitados del planeta. Desde que el 29 de abril El Celler de Can Roca se convirtió en el mejor restaurante del mundo según la lista de la publicación británica Restaurant, el teléfono del establecimiento de Girona no ha dejado de sonar. Se acumulan los correos electrónicos y los mensajes en los móviles de los tres hermanos Roca, a los que llueven peticiones de entrevistas, premios –ayer, Joan Roca recibía en Viena el Trophée Gourmet de la revista À la carte por su trayectoria – y, por supuesto, las súplicas de quienes darían lo que fuera por hacerse un hueco en una de sus solicitadísimas mesas. Si hay alguien capaz de comprender la locura en que se han instalado los artífices del nuevo número uno, es Ferran Adrià: su restaurante, El Bulli, encabezó la lista cinco años, y a él lo reciben como una estrella cuando da conferencias por el mundo.
Apenas habían transcurrido unas semanas desde que se anunció en Londres el nuevo orden en la lista cuando Magazine pidió a ambos chefs que hicieran lo imposible: un hueco en sus agendas para celebrar juntos, con una cena en El Celler, la recuperación del liderazgo gastronómico catalán. Aceptaron antes de reparar en que no sería fácil encontrar día y hora.
El encuentro, recogido por la periodista Cristina Jolonch y el fotógrafo Pedro Madueño, se produce el 15 de mayo, a media tarde. Nada más cruzar la puerta del restaurante, Adrià y Roca se funden en un abrazo ante la mirada de los hermanos de este, Josep y Jordi, que los acompañaron a la cocina. Los superchefs se sientan en la pequeña barra en la que los hermanos suelen trabajar y disfrutan de un menú degustación mientras respondían a las preguntas del Magazine.
Durante la charla hay momentos para la broma –Adrià se ríe cuando Joan Roca comenta lo complicado que resulta gestionar la avalancha de reservas–; para las confesiones (“No seamos hipócritas –apuntó Adrià–, el que yo no tenga abierto El Bulli resulta muy cómodo para los dos”); para la riña amistosa –cuando Roca trata de restar importancia al reconocimiento, Adrià lo exhorta a no escabullirse de la nueva responsabilidad: “Cuando vaya por el mundo diré que el jefe es Joan Roca”–,
“Ahora te toca a ti; cuando vaya por el mundo diré que el jefe es Joan Roca”, dice Ferran Adrià
y para la reflexión, como cuando ambos tratan de hallar los motivos por los que han llegado a coincidir en tan poco espacio geográfico y en un periodo tan próximo en el tiempo dos números uno. Roca habla de un territorio abonado con un recetario imaginativo. Adrià, de “talento”. Es una conversación llena de complicidades que Adrià aprovecha para pasar públicamente el testigo del liderazgo a su amigo. Un encuentro suculento que se recoge este fin de semana en las páginas de Magazine.