“Pepe es un mierda”
EXAGERAR.
El debate encendido caracteriza el tono de Punto Pelota (Intereconomía TV), pero todavía me causan sobresalto algunas prédicas, como ésta de Siro López, uno de los tertulianos más calientes, la madrugada del jueves: “Pepe es un mierda”. Ostras. Un mierda. El realizador, raudo, rotula a pie de pantalla, con letras de molde, al segundo: “Siro López: ‘Pepe es un mierda’”. El realizador es lento en otros momentos, pero es rapidísimo para rotular frases altisonantes: “Pepe es un mierda”. Pepe es futbolista del Real Madrid, y “es un mierda” porque no salió en su día en defensa del entrenador Mourinho, el que se larga. “¿Le han hecho la cama los jugadores a Mourinho?”, pregunta el director del programa, Josep Pedrerol, a sus telespectadores. Y se abre entonces un debate filosófico acerca de la idoneidad de distinguir entre “la persona” y “el futbolista”: como futbolista, Pepe “es bueno”, y como persona... “es un mierda”. El caso es repetir sin respiro que “Pepe es un mierda”: hay locuciones, a veces, con las que uno se llena la boca y traspasa la pantalla. Josep Pedrerol, el moderador y director, zanja la discusión entre los tertulianos sobre la distinción casi teológica entre persona y futbolista con una broma: “estáis aquí por ser buenos profesionales, pero ninguno por ser buena persona”. Seguramente exagera en las dos partes de la frase. En este programa se exagera un montón. Y ésa es su gracia.
¿CENSURA?
También es mala pata que justamente el día (el miércoles noche) en que tocaba comentar las declaraciones de José María Aznar en Antena 3 (la noche anterior), se estropee la sala de máquinas de La Sexta y no pueda emitirse El intermedio del Gran Wyoming. Este programa es el reducto de la crítica más acerada y vitriólica a la política de derechas y a los políticos del Partido Popular, de modo que sus telespectadores fieles se han quedado sin las inevitables bromas sobre los cañonazos de Aznar a Rajoy. En Twitter se desatan rumores de censura. No lo creo: no están los tiempos para perder una ocasión de negocio tan clara como la de sacar punta –y audiencia– al retorno televisivo de Aznar. Pierde más el grupo Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) no explotando la entrevista de Aznar que protegiéndole. Hay otra explicación: que José María Aznar, al despedirse de Gloria Lomana en Antena 3, se pasara subrepticiamente por la sala de máquinas de La Sexta y cortara el cable rojo.