Marina Rossell: “Me hizo aprender a amar la vida, a reír”

La cantante catalana Marina Rossell lamentó ayer visiblemente emocionada el fallecimiento de su amigo Georges Moustaki, al que considera “la última auténtica leyenda de la chanson, al lado de Jacques Brel, Léo Ferré y Barbara”. La intérprete trabó amistad con el polifacético artista hace 35 años en Suiza, aunque la relación se solidificó más tarde en Marruecos. “Era alguien al que amaba y adoraba”, aseguró Rossell, y añadió que “tuve la suerte de ser su amiga, y él me hizo aprender varias cosas, sobre todo a amar la vida, a reír”.

La intérprete catalana grabó en diciembre del 2011 el disco Marina Rossell canta Moustaki, con algunos de los temas más celebrados del cantautor francés adaptadas al catalán por Josep Tero, Pelai Ribas, Lluís Llach y Víctor Obiols; asimismo, explicó ayer en declaraciones a La Vanguardia, “tuve la inmensa suerte de que él cantara un tema mío”, refiriéndose a Màrmara, que Moustaki adaptó al francés.

El contacto con el finado se mantuvo hasta poco antes del desenlace. “Se ha muerto en paz y tranquilo, y con la alegría de morir en su casa. Era un adicto a la vida y me comentaba en los últimos tiempos que se había vuelto también un adicto a la bombona de oxígeno. No soportaba ver el paso del tiempo, y ver cómo su enfermedad le estaba afectando”, revela. “Era un amante de las cosas más sutiles, y eso lo demostraba por ejemplo siendo un buen catador de vinos y aceites. Por eso siempre que iba a verle le llevaba algo de eso, que le encantaba”. / E. Linés