“El peronismo es como el rock’n’roll: siempre resurge de sus cenizas”
J or g e L anat a, periodista azote del kirchnerismo
Jorge Lanata (Mar del Plata, 1960) es el periodista más popular de Argentina. Cada domingo por la noche, en su programa político televisivo, Periodismo para todos, revela la corrupción kirchnerista. Está influyendo en la caída de imagen de la presidenta Cristina Fernández hasta tal punto que el Gobierno ha promovido que desde mañana el partido más destacado de la liga de fútbol se emita a la misma hora que su show para restarle audiencia.
¿Década ganada, perdida o desaprovechada? Si quisiera hacer un chiste, diría década lavada, pero sería injusto con el Gobierno. Hay cosas que han mejorado y muchas otras que no, aunque las que han mejorado son pocas. Lo mejor fue la política de derechos humanos. Lo peor, la corrupción, que es muchísimo mayor que en la época de Menem.
Usted acusa al Gobierno y a la presidenta de autoritarismo. El estilo de gobierno es personalista y autoritario. No es democrático. Es una democracia formal pero a la hora de la verdad, controlan el Congreso, quieren controlar la Justicia, no hablan con la prensa...
¿Este Gobierno es peronista? Es difícil decirlo. El peronismo es como el rock’n’roll: siempre resurge de sus cenizas. Es curioso porque se reelabora siempre en la oposición. El peronismo está en la oposición y critica. Llega al gobierno, y entonces la oposición también es peronista y dice que los que gobiernan no son peronistas. Al final el peronismo no está nunca en ningún lado, ni arriba, ni abajo. Es algo inasible.
¿Qué se entiende por el “relato kirchnerista”? Los gobiernos en Argentina tienen tendencia a ser fundacionales. Adhiere la característica intrínseca argentina de querer permanecer y pensar que lo que ellos hacen es siempre una nueva época. Cuando te propones fundar una nueva época, necesitas crear una mística y esa mística, según tus escrúpulos, puede ser de una manera o de otra. Este Gobierno no tiene muchos escrúpulos y lo que hizo fue inventarse, incluso, una historia argentina. Los kirchneristas se sienten como continuadores de un proceso, de dos épocas: de los años cincuenta, o sea, del primer peronismo, y de los setenta, del peronismo más violento. El relato es una reversión de la historia argentina, en función de generar una mística que les permita gobernar como progresistas. Es un Gobier- no que habla para la izquierda y gobierna para la derecha. No hubo una distribución de la riqueza como se podía esperar de un gobierno progresista. Pero creen que hicieron una revolución.
La presidenta pone como ejemplo el modelo kirchnerista para contrarrestar la crisis mundial del capitalismo.
Lo que Cristina quiere decir, pe- ro no lo dice porque no es una persona muy preparada, es que la economía del mundo tiene más que ver con los países emergentes que con los centrales. Ahora, Argentina todavía es un país en desarrollo, ni siquiera es un país emergente.
¿Estamos ante otro fin de ciclo político argentino? El Gobierno está en un momento de claro desgaste político. Si hablas en off con gente del Gobierno, te dicen que esto se terminó. He hablado con ministros que se quieren ir y no los dejan. Otros ministros, muy cercanos a la presidenta, te dicen que Cristina está loca. Tengo la sensación de que esto es el fin de ciclo del kirchnerismo. Aunque creo que aquí hay un fin de ciclo más grande, que empezó en el 2001. Lo que estamos viviendo hoy es parte de lo que pasó en esa crisis, que fue la ruptura del pacto de credibilidad entre la clase política y el público. En ese momento, la gente decía “que se vayan todos”. Y no era una metáfora, la gente quería que se fueran todos. Y pasó que no se fue nadie, que quedaron los mismos, que fueron los mismos candidatos. Esa clase política se tiene que renovar.