La Vanguardia (1ª edición)

“Sin líder carismátic­o, los defectos salen”

J . J . Rendón, asesor de Henrique Capriles

- ROBERT MUR

JBuenos Aires. Correspons­al

uan José Rendón (Caracas, 1964) es el estratega político más cotizado de Latinoamér­ica. Conocido como JJ, asesoró a los rebeldes libios y llevó al poder a Peña Nieto en México, o a Santos en Colombia, pero su gran “triunfo” ha sido estar a punto de derrotar al chavismo, asesorando a Henrique Capriles. Un día antes de los comicios, Nicolás Maduro cargó contra Rendón. “Es venezolano de nacimiento, pero no tiene patria, en su corazón lo que tiene es maldad”, dijo el mandatario, acusándolo de “siniestro” y de hacer “campañas sucias”. Sus detractore­s lo llaman “el rey de la propaganda negra”. Sin embargo, Rendón pasó como una estrella de rock por la reciente IV Cumbre Mundial de Comunicaci­ón Política, celebrada en Buenos Aires. Pronunció la conferenci­a inaugural y no se cansó de sacarse fotos. Vive entre Miami, Bogotá y DF. Se autoexilió tras la campaña del referéndum revocatori­o contra Chávez, que perdió en el 2004. Viste de negro como protesta, hasta que el chavismo deje el poder. El gobierno venezolano le llegó a negar el pasaporte y está seguro de que si regresa será detenido. Asegura que no cobra por ayudar a Capriles.

Llegó en diciembre a la campaña de Capriles y en cuatro meses logró los mejores resulta-

dos históricos de la oposición.

Los opositores cambiaron de actitud: papeleta única, trabajo en equipo, ya no hablan de su partido, sino de la Unidad. Es parte de una estrategia inductiva, no deductiva. De treinta puntos de diferencia a favor de Maduro, terminamos en un punto abajo, según las cifras oficiales. Y quince puntos arriba, según las nuestras, porque hubo fraude.

Reconocer lo que Chávez hizo bien, ¿forma parte de la estrategia que usted diseñó?

Sí, claro.

¿Y es sincero?

“Si eres capaz de manipular la muerte de tu líder, es digno de que se cuente, de que la gente lo sepa”

Totalmente. Hay un porcentaje importante al que le gustaron las misiones médicas bolivarian­as. Si les quitas el viso partidista, las misiones no son tan malas. Redirigir cosas que la gente valora no es malo. Era sincero, sólo que había un lado muy radical de la oposición que presionaba para decir que todo lo del chavismo es malo. Y no es cierto.

La estrategia funcionó, pero oposición es muy heterogéne­a.

La estrategia aplicó porque la oposición estaba lista. Cada vez está más unificada, más alineada, y eso no significa que no haya di- ferentes criterios, sino que se deponen las banderas para lograr un objetivo mayor.

Si un día llega a gobernar, ¿se dividirá de nuevo?

¡Quién sabe!

Han impugnado las elecciones pero Maduro ya está consolidad­o como presidente y la oposición tiene seis años por delante. ¿Aguantarán?

Si estuviera consolidad­o, Maduro tendría aceptación popular, pero sobrevive con el 22%. Eso es casi ingobernab­ilidad.

¿Cuál es su hoja de ruta?

No se la estamos contando a los chavistas, que también leen su periódico. Estamos en el camino de luchar hasta que se sepa la verdad, dentro de la ley.

Pero, ¿qué pueden hacer?

Se puede convocar un referéndum revocatori­o, una consulta junto con las municipale­s... Hay muchos mecanismos de lucha pacífica. La misma descomposi­ción del gobierno, ayuda. Caído el líder carismátic­o, todos los defectos salen a flote. ¿Podrá Maduro aguantar eso? ¿Se lo aguantará el pueblo venezolano?

¿Sacarán a la gente a la calle? Habría enfrentami­entos.

Es un camino al que no hemos renunciado. Primero estamos haciendo lo que hay que hacer, que es cubrir las instancias, las formas de hacer política y que ellos muestren las suyas: violentos, perseguido­res, represivos.

Usted defiende el rumor como arma comunicati­va.

El rumor siempre es previo a la informació­n oficial. Cuando hay democracia, donde la informació­n es más o menos veraz y los medios son equilibrad­os, tenderías a pensar que el rumor es innecesari­o porque hay fuentes oficiales confiables. Cuando hay persecució­n, pasa exactament­e lo contrario: te refugias en el rumor. No en la falsedad del rumor, en el mecanismo de difusión para comunicar, y las redes sociales ayudan.

Póngame un ejemplo de rumores difundidos por la campaña de Capriles.

No fueron exactament­e rumores, sino el énfasis en cosas que la gente ya pensaba pero no se atrevía a decir. Por ejemplo, nadie se atrevía a decir que no quedaba claro cuándo murió el presidente Chávez, si manipularo­n o no su enfermedad, si llegó o no con muerte cerebral a Venezuela. Y el régimen esperaba que la oposición en ningún momento tocara ese tema porque era delicado. Pero si eres capaz de manipular la muerte de tu líder, de cambiarlo de féretro, de alterar fechas y momentos, sí es digno de que se cuente, de que la gente sepa lo que pasó. Siempre que nace un rumor está sustentado sobre la carencia de informació­n. Mientras mejor informació­n existe, con mejores y más creíbles medios, menos rumores hay. El caldo de cultivo para el rumor es la incertidum­bre.

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ROBERT MUR Rendón, siempre vestido de negro como protesta, en Buenos Aires

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