Danza del vientre para lumbares
La zona lumbar está en constante contracción gracias a que la mayoría trabaja sentado y a su papel de pilar de sujeción del cuerpo. “Por eso propuse investigar sobre el efecto protector de la danza del vientre sobre esa zona, ya que sus movimientos básicos, como el shimmi, suponen el estiramiento y la contracción dinámica de esos músculos”, sostiene la fisioterapeuta Diana Muñoz, coordinadora de prácticas de la escuela de Fisioterapia Gimbernat. El trabajo de esta danza no es semejante al de los abdominales hipopresivos. “No se concentra en la zona, sino que es un ejercicio completo y en movimiento, y no tonifica, sino que, sobre todo, estabiliza la musculatura abdominal”. El movimiento de las caderas y los brazos formando el ocho del infinito trabaja abdominales y lumbares sin presión sobre el suelo pélvico, la barriga ha de estar metida y el cuerpo bien colocado. “Pero hay otro factor especialmente beneficioso, advierte el fisioterapeuta del CAR, Fermín Oliete: “es divertido”. Pasarlo bien con la actividad física que se quiera hacer es fundamental para que se integre en la vida cotidiana. “Y en el caso de la danza del vientre, el beneficio es físico y psíquico al 50%”, asegura la investigadora. Cita, junto al desbloqueo de la espalda y los estiramientos, la desinhibición de las bailarinas, el bienestar de la ejecución, la expresión de emociones. De su pan de investigación, la parte más difícil ha sido superar los prejuicios de sus colegas frente a una actividad “tan de mujeres”.