Supercopa con morbo el 30 de agosto
Si se cumplen todos los pronósticos y José Mourinho termina en el banquillo del Chelsea se enfrentará a Josep Guardiola, nuevo entrenador del Bayern de Munich, en la Supercopa de Europa del 30 de agosto en Praga. Tras los múltiples enfrentamientos de ambos en los dos años que coincidieron como técnicos del Madrid y el Barcelona, el partido tendrá morbo. Será el segundo título que se jueguen a un partido tras la Copa del Rey de 2011, que se llevó Mou. Pep aspira a igualar para el Bayern los seis títulos que consiguió en el 2009. Con el triunfo de los bávaros se repite la historia de las últimas seis ediciones en la que el campeón de Champions salió siempre de la semifinal del Barcelona: United (2008), Barça (2009), Inter (2010), Barça (2011), Chelsea (2012) y Bayern (2013). consolidó en la segunda parte y dio fruto a la hora justa de partido. Un tuya-mía entre Robben y Ribéry acabó con un pase de la muerte del holandés que el croata Mario Mandzukic no tuvo más que empujar. El alemán no es el idioma del amor y tampoco del fútbol, donde no hay palabra equiparable a gol. Pero el grito rotundo de Thor, que suena más a una batalla de la guerra de las galaxias o juego de tronos, retumbó en la mitad rojiblanca de Wembley.
El Borussia reaccionó como los valientes. Y ocho minutos después aprovechó un penalti innecesario de Dante (el eslabón más débil de la defensa bávara) sobre Reus, para que Gündogan empatase desde los once metros. Faltaban 20 minutos y había que volver a empezar. El partido estaba roto. Hummels culminó con un disparo alto un contraataque peligrosísimo del equipo proletario de la cuenca del Ruhr, y a continuación Subotic sacó de la misma raya un tiro de Müller tras superar a Weidenfeller, que poco después desvió a córner un trallazo de Alaba. Y a tres minutos del final hizo lo mismo con otro de Schweinsteiger. Pero el Bayern, que perdió de manera dramáticas las finales contra el Manchester United y el Chelsea, tuvo esta vez la épica de su parte. Era el minuto 89 cuando Robben recibió un pase interior de Ribéry y batió con suavidad a Weidenfeller para ganar la Champions. La estrella del sur ( stern des südens) brilló en el cielo de Londres.
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El partido fue fantástico, con un intercambio de ocasiones y con grandes paradas de los porteros