Alonso, contra la maldición de Ferrari
El asturiano, sexto de salida, tiene difícil acabar con el mal fario de la ‘Scuderia’, que no triunfa en Mónaco desde el 2001
TONI LÓPEZ JORDÀ
Barcelona
Rojo, par y pasa... La ruleta de Mónaco ha querido que la victoria pasase de largo en el principado para los pilotos de Ferrari desde hace ya doce años. Cuando venció Michael Schumacher en el 2001 pareció amenazar un maleficio a la Scuderia. ¿Será Fernando Alonso quien rompa el hechizo y enlace su segunda victoria consecutiva? El jueves habría contestado ¿por qué no? Ayer, tras quedar sexto en la calificación, monopolizada por Mercedes, con Rosberg en la pole, la respuesta afirmativa era complicada.
Salir sexto, en la tercera línea, en un circuito tan especial como el de las calles de Mónaco es poco menos que una condena. La estadística es implacable en la carrera más glamurosa y caprichosa del Mundial: en la última década, sólo dos veces no ganó el piloto que salía de la pole. Fueron Montoya en el 2003 y Hamilton en el 2008 (aprovechándose del caos de la lluvia). Arrancar el primero en Mónaco es sinónimo de casi victoria. La realidad corrobora los números: la dificultad de adelantar por unos callejones estrechos y limitados por vallas amenazadoras colabora a mantener la jerarquía de la parrilla.
En la calificación de ayer se confirmó la norma de los sábados de este año: los Mercedes son los coches que mejor rendimiento extraen a los neumáticos
M I N I M I Z A R D A Ñ O S
“Si no puedes luchar por ganar, lo importante es cubrir a los rivales directos”, dice Alonso
a una sola vuelta, al calentar el caucho más rápido que ninguno. Se apuntaron su cuarta pole seguida, la tercera consecutiva de Rosberg, con Hamilton completando la primera línea plateada, y hoy tienen verdaderas opciones de acabar delante, incluso de ganar. En este trazado de poquísimo desgaste de los neumáticos, lo que menos cuenta es el ritmo de carrera y la gestión de las gomas, el talón de Aquiles de los Mercedes. Por eso la pareja de la estrella parte favorita al triunfo.
Para Alonso y Ferrari el fin de semana se complicó ayer en una calificación alterada por la lluvia intermitente y una pista inestable y cambiante, de mojada a seca. Llegaron los rojos con optimismo a Mónaco tras la victoria en Barcelona y animados por los buenos cronos exhibidos en los entrenamientos libres (Alonso había sido 2.º, 3.º y 4.º), pero las bajas temperaturas de ayer parecieron perjudicarles. A Massa, la pista fría de la mañana y el neumático aún sin calentar le costaron un accidente en St. Dévote que destrozó el coche y le impidió participar en la calificación. Y a Alonso, las condiciones cambiantes no le ayudaron y se le colaron los Mercedes, los dos Red Bull y Räikkönen. Un sexto puesto que rebajaba sus expectativas.
“No, no ha sido una buena calificación, pero sexto era lo mejor que podía hacer. Por desgracia no tuve mucho ritmo, con la temperatura de la pista un poco más baja. Intentaré mejorar en la carrera, pero sabemos lo difícil que es adelantar”, admitía el asturiano, que se descartaba para la victoria y se contentaba con minimizar los daños respecto a sus dos rivales por el título, Vettel (líder a 17 puntos) y Räikkönen (a 13).
“No es la mejor posición si quieres luchar por ganar. Aunque nada es imposible en F-1, es improbable que pueda hacerlo.
L A O C A S I Ó N D E M E R C E D E S
Tras cuatro ‘poles’, los Mercedes tienen su gran ocasión de ganar en una pista con poco desgaste
Lo importante en este tipo de carreras donde quizá no podemos optar a la victoria es intentar que no ganen los rivales directos. Kimi sale a mi lado, y Vettel, una línea por delante. Es a ellos a quienes tengo que cubrir”, comentaba Alonso, que confiaba en el factor de incertidumbre de Mónaco. “La carrera es larga, 78 vueltas, todo puede pasar, seguramente habrá safety-cars. Va a haber muchas cosas y tendré que estar concentrado para aprovechar alguna y que salga bien la estrategia”.
En teoría, casi todos los equipos optarán por una estrategia de una sola parada, por la poca degradación. La clave estará en acertar cuándo hay que parar a lo largo de las 78 vueltas, si, como se espera, no llueve.
(14.00h)