Buenaireando

Hacía años que no pasaba por Buenos Aires pero tuve que ir la semana pasada. Hace 35 años ayudé a montar allí una escuela de dirección de empresas, el IAE, que ha sido un éxito gracias al fenomenal equipo que trabaja allí. Celebraron su 35 aniversario y me pidieron una conferencia. Me compensó el viaje. Argentina tiene problemas, como los tenemos nosotros, y ahora los tiene Francia. Pero nuestra imagen de Argentina es mucho peor que la realidad.

No tuve tiempo de pasear, visitar tiendas o disfrutar de restaurantes, pero cruzando la ciudad cuatro veces (yendo y viniendo al aeropuerto y al fantástico campus del IAE) se ve cuidada, tiendas con muy buena pinta, edificios bonitos y bien conservados y grandes avenidas atractivas. Ves rótulos, uno al lado de otro, como Santander, Galicia, Movistar, BBVA y te sientes en casa. Claro que como nosotros sufren problemas globales. Una avenida como nuestra Diagonal, es allí la Avenida 9 de Julio. Hay hoteles preciosos, centros comerciales, pero me sorprendió ver en obras toda su parte central. Me explicaron que, contra la opinión de los bonaerenses, el Ayuntamiento suprimió el paseo central, con árboles preciosos y algún carril de circulación y pondrá algo que sonaba como un metrobús. “Vaya”, le comenté, “también tenéis un ACM ( anti car mayor, alcalde anti Aautomóvil)”. “Sí”, me dijo “y aquí la gente necesita el auto (dicen auto en vez de coche) porque las distancias son muy grandes, la ciudad crece y se montan muchas cosas en la periferia, centros comerciales, académicos, como nuestro campus, nuestro hospital (el mejor hospital de Argentina, ligado como el IAE a la Universidad Austral y vecino de la escuela de negocios; acuden 2.000 pacientes diarios para visitas médicas, análisis, etc.) y también hay gente que se traslada a urbanizaciones nuevas en la periferia”. Argentina tiene una industria automotriz importante y muchos empleados en ella. Varios directivos del sector estaban entre los más de 1.000 exalumnos del IAE presentes. Yo me pregunto: “Si queremos tener

Los alcaldes contrarios a los coches en sus ciudades deberían ir todos en bicicleta, siempre