El último ‘liquidador aéreo’ de Chernóbil
NIKOLAI MELNYK (1953-2013) Piloto de helicóptero, héroe de la Unión Soviética
Los pilotos que se dedican a la extinción de fuegos forestales son, en muchos casos, héroes invisibles que dentro de unos parámetros de seguridad, vuelan muchas veces al límite para apagar incendios como el que días atrás ha asolado el sudoeste de Mallorca.
Desde hace 18 años, la empresa Inaer, principal contratista de organismos estatales y autonómicos para trabajos aéreos de emergencia, tenía entre su plantilla de pilotos al ucraniano Nikolai Melnyk, el último aviador vivo del grupo de “liquidadores de Chernóbil”.
Nacido en los alrededores de Kíev en 1953, siempre tuvo la mente puesta en ser piloto, sueño que consiguió a los 20 años al graduarse en la escuela civil de Kremenchunk. Sus dotes le llevaron a ascender a piloto de pruebas para el fabricante de helicópteros Kamov con tan solo 24 años.
La tristemente célebre explosión del reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil el 26 de abril de 1986, una de las peores catástrofes medioambientales de la historia, fue trascendental en la vida de este aviador, ya que fue destinado a formar parte del llamado “equipo de liquidadores”, un inmenso contingente formado por bomberos, obreros, soldados y voluntarios que se encargaron de apagar los incendios y posteriormente construir el sarcófago, una estructura diseñada para contener, en lo posible, la radiación liberada durante el accidente. El secretismo soviético que durante días quiso tapar la realidad del drama fuera de sus fronteras, también afectó a los liquidadores, pues muchos no sabían a lo que se estaban enfrentando.
Para las operaciones en la parte más alta de la central, de difícil acceso por tierra, y que sobreexponían a los trabajadores a un nivel de radiación letal, los coordinadores de la misión decidieron recurrir a los mejores pilotos de helicóptero del país, entre los que estaba Melnyk.
Las tareas iniciales asignadas fueron el lanzamiento de sacos de arena y placas de plomo desde helicópteros, para realizar una cobertura inicial, además de realizar reportajes fotográficos para ver el estado de la estructura. De las 46 misiones que realizó en las semanas y meses posteriores a la explosión en las que acumuló 52 ho- ras de vuelo, la más importante fue la llamada operación igla, en la que, con gran precisión, tuvo que encajar una sonda de 18 metros de largo, destinada a medir niveles de radiación, que colgaba de un gancho bajo su helicóptero para después soltarla en un punto exacto sobre la central. Las pocas fotos que se conservan de sus misiones revelan que ni el resto de miembros de su tripulación llevaban ningún equipo especial, sino bo- tas de cuero, mono de vuelo y un casco con auriculares.
Casi 18 meses después de la explosión, los liquidadores vivos recibieron una condecoración colectiva por su valentía y entrega, aunque a Melnyk le fueron otorgadas también las órdenes de Lenin y la de Héroe de la Unión Soviética. En ese periodo también fue sometido a dos operaciones relacionadas con el exceso de radiación al que estuvo expuesto.
Tras el desmembramiento de la URSS y la independencia de Ucrania, fundó una pequeña compañía aérea dedicada a la carga de paquetería, trabajando para algunas multinacionales americanas, aunque esta idea no tuvo mucho recorrido, no así la oferta que le llegó desde Helicópteros del Sureste, en Alicante, que había incorporado algunos aparatos Kamov a su flota de helicópteros de extinción de incendios, capaces de transportar y arrojar hasta 5.000 litros de agua de una vez.
Desde 1995 el discreto y sencillo héroe de la Unión Soviética, pasó a ser un muy apreciado y querido instructor de la compañía española, formando a prácticamente todos los pilotos que hoy vuelan en el curioso helicóptero de rotor coaxial (sin rotor en la cola) que se dedican principalmente a la extinción de incendios. Los problemas de salud derivados de aquellos días en Chernóbil fueron recurrentes en pulmones y riñones. El verano pasado Melnyk voló por última vez, falleciendo el 26 de julio aquejado de leucemia.