En el ayer empieza todo
Los incondicionales del presunto cine de autor que encubre carencias creadoras, buscando refugio en la pirueta estilística y un tedioso afán trascendental, previsiblemente acumularán tópicos al juzgar esta película. Arcady es un cineasta de origen argelino que se trasladó a Francia tras la independencia de Argelia en 1962. Director de películas de temática policial, relata ahora una historia muy cercana. Nada mejor, para ello, que adaptar Lo que el día debe a la noche, el best-seller de una tal Yasmina Khadra. En realidad se llama Mohammed Moulessehoul, comandante argelino que en 1989 debió usar un seudónimo femenino para evadirse de la censura militar que había prohibido sus seis primeras novelas. El filme trata sobre el increíble desti- no de un muchacho llamado Younes, reconvertido en Jonas en la Argelia francesa. Con un padre fracasado y alcohólico, el adolescente será entregado a un tío suyo, farmacéutico (interpretado por Mohamed Fellag, inolvidable protagonista de Profesor Lazhar) casado con una francesa. De la miseria pasará a una vida confortable, estudiante perfectamente integrado en la sociedad occidental, como lo demuestra en su amplio grupo de nuevos amigos.
Dos mundos, el de los coloniza-
dores y los colonizados, comparecen en esta película que entremezcla con habilidad cine romántico, histórico, social y político, aparte de comedia y drama. Arcady nunca pierde el control de una historia hilvanada a partir de muchas historias. En ningún momento su dilatado metraje sumerge al espectador en la monotonía. Película muy envolvente en lo visual, quien esto afirma reconoce que en los últimos tiempos ninguna película le había impactado tan emocionalmente.