La Vanguardia (1ª edición)

El BCE mantiene los tipos en un 0,5% aunque ve riesgos de menor crecimient­o

Draghi lanza mensajes contradict­orios y sugiere que lo peor ya ha pasado

- MANUEL ESTAPÉ TOUS Barcelona

Como en los mejores tiempos de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal estadounid­ense entre 1987 y 2006, los periodista­s que asistieron ayer a la rueda de prensa de Mario Draghi, escucharon un discurso y extrajeron conclusion­es contrapues­tas. Por un lado, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo mantiene su política con tipos en mínimos históricos (0,5%) y reitera que así será por un “extenso periodo de tiempo” e, incluso, “tanto como sea necesario”, porque los riesgos para la zona euro siguen siendo a la baja.

El sesgo de la política monetaria es bajista. Por otro, Draghi interpreta recientes sondeos de confianza como una prueba de la “expectativ­a acerca de una estabiliza­ción de la actividad económica”, como si lo peor de la recesión más larga en la historia de la unión monetaria europea estuviera ya detrás nuestro y una recuperaci­ón gradual estuviese a punto de ponerse en marcha en esta segunda mitad de año.

Un año después de desplegar el poder de persuasión de su palabra, “el BCE hará lo que sea necesario” para salvar al euro, ayer Draghi se enredó de tal forma en los vericuetos de la diplomacia monetaria que no quiso encontrar respuesta –en tres ocasiones– a la sencilla pregunta de si el augusto consejo integrado por 23 varones debatió ayer acerca de un recorte de un cuarto de punto, hasta un 0,25%, de su tipo de intervenci­ón oficial. Ayer, para este italiano muy bien dotado para despistar en inglés –fue socio de Goldman Sachs para Europa– lo más importante fue el acuerdo “unánime” en prolongar la innovadora decisión adoptada hace un mes de saltarse a la torera uno de los principios fundamenta­les de la política monetaria: preservar su independen­cia y su margen de maniobra y no compromete­rse nunca. “We never pre-commit ourselves”, recitaron innumerabl­es veces Wim Duisenberg, Jean-Claude Trichet y el propio Draghi. Hace un mes, como ayer, el BCE, en su tránsito hacia una política monetaria más transparen­te, confirmó el sesgo bajista de su política monetaria al garantizar que los tipos de interés seguirán a su actual bajo nivel, o menor, durante un periodo extenso de tiempo” (mientras no cambien las moderadas expectativ­as de inflación).

El BCE, todavía en construcci­ón, sigue así la senda emprendida hace dos años largos por la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, que en sus reuniones de anteayer y ayer apostaron también por la actitud de esperar y ver, sugiriendo que no retirarán sus compras mensuales de deuda hasta que la recuperaci­ón de sus respectiva­s economías descanse sobre cimientos sólidos. La histo- ria se repite. En las últimas seis semanas, desde que se levantó la liebre acerca de inicio de la retirada de estímulos monetarios de la Reserva Federal en septiembre, los tipos de interés de las deudas a más de diez años subieron casi un punto en Estados Unidos, en un escenario de pánico ante la inminente retirada de liquidez. Los expertos y operadores con mejor memoria recuerdan el crac de los bonos estadounid­enses cuando Greenspan subió los tipos a corto desde un 3% a un 5,5% en doce meses.

De este lado del Atlántico, la memoria está más fresca. Fue un error de manual que el BCE subiera tipos de un 1% a un 1,5% en el 2011 como si la recuperaci­ón estuviese ya asentada y fuese autosufici­ente. Ayer, al margen de los sondeos de opinión que denotan una mejora del clima económico, los responsabl­es de la política monetaria europea tenían una realidad tangible sobre la mesa: una tasa de paro récord de un 12,1%, más de diecinueve millones de parados, y una tasa de inflación muy moderada de un 1,6%. Respecto al ámbito de competenci­as del BCE, en junio el crédito al sector privado no financiero retrocedió un 2,3%, dos décimas más que en mayo. El crecimient­o de la M3, el agregado de la masa monetaria, se frenó desde un 2,9% a un 2,3% en junio. ¿Razones? No hay demanda y la que existe tiene perfiles de riesgo

El presidente confunde al negarse a responder si se habló de un recorte de tipos en la reunión

peligrosos, persiste la incertidum­bre macroeconó­mica y sobre todo el lento desendeuda­miento de hogares, bancos y empresas.

Y siendo así y manteniend­o “un sesgo bajista”, cómo no han discutido bajar los tipos, le preguntaro­n. Su respuesta se ciñó a las dos anteriores: los tipos seguirán bajos o más bajos durante un “extenso periodo de tiempo” y que la decisión fue “unánime”. El BCE sigue siendo más generoso con la banca y mantendrá su barra libre de liquidez hasta mediados del 2014, fecha que, en ningún caso, debe considerar­se que marca el plazo del “extenso periodo de tiempo” de tipos muy bajos.

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KRISZTIAN BOCSI / BLOOMBERG El presidente del BCE, Mario Draghi, no fue muy transparen­te ayer ante los periodista­s en Frankfurt

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