Soweto recibe hoy al mundo
Más de 70 jefes de Estado asisten al funeral de Mandela en el estadio Soccer City
Johannesburgo Corresponsal encargado de despedir a Mandela sobre las dos de la tarde.
Ser testigo de esas cuatro horas de adiós a Mandela es el objetivo de miles. “Voy a estar en el Soccer City, y si no consigo entrar, pienso ir andando hasta Qunu”, aseguraba ayer Mthikile en Soweto. Qunu está a miles de kilómetros, pero no importaba, había venido con cuatro amigas desde la provincia de Eastern Cape, en el sur del país para estar en el estadio.
Tras el funeral en el Soccer City, lugar que vio por última vez en un acto público a Mandela cuando apareció para saludar antes de la final del Mundial, el féretro con el cuerpo de Madiba recorrerá las calles de Pretoria durante tres días. El fin de semana próximo se trasladarán los restos al sudeste del país y el domingo será enterrado en el cementerio familiar de Qunu. La inocencia de un niño es la mejor manera de calibrar la magnitud de las cosas. Ayer Paul Makhabo recorrió cien kilómetros para llevar a su hijo Siphiwe, de dos años, a la casa de Nelson Mandela en Soweto. Plantó al chaval delante de un mural con el rostro gigante de Madiba, le hizo una foto y le lanzó una pregunta: “¿Hijo, sabes cómo se llama este señor?”. La respuesta de Siphiwe fue una definición: “Sí, se llama noticias”. Para Siphiwe, Madiba es un señor que se llama News porque su imagen no hace más que aparecer en la tele. Sudáfrica está volcada en la despedida al icono antiapartheid. No hay televisión, radio, bar, peluquería o rincón del país donde no aparezca el nombre o el rostro del primer presidente negro.
Hoy el país le dirá adiós a una voz. El estadio Soccer City de Soweto, el más grande del país, alberga el funeral de Madiba con la presencia de más de 70 jefes de Estado en las gradas. Excepto George Bush padre, todos los presidentes vivos de EE.UU. (Barack Obama, George W. Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter) lideran la comitiva foránea junto a los mandatarios de Francia, Reino Unido, India, Irán, China y España (el príncipe Felipe y el presidente Rajoy), entre otros. A la cita acudirán también varias caras conocidas que trabaron una buena amistad con el líder xhosa como el empresario Bill Gates, la modelo Naomi Campbell o los músicos Peter Gabriel o Bono, líder de la banda irlandesa U2. También habrá mucha gente. Los dignatarios y amigos tendrán sitio asegurado. Los demás, tendrán que ganárselo. Ayer por la noche, muchas personas haciendo guardia junto al estadio, alguna incluso dentro de una tienda de campaña para protegerse de la lluvia. Nadie quiere perderse el acontecimiento del siglo. La policía, sin embargo, tenía órdenes de cerrar a medianoche todas las calles cercanas al recinto y amenazaba con desalojarlos.
El Gobierno sudafricano, cons- ciente de que se verá desbordado, ha habilitado tres estadios más en Johannesburgo para seguir la ceremonia. Se quedarán pequeños también. Ayer por la tarde ya se habían acreditado más de dos mil periodistas de todo el mundo.
Si no hay retrasos –y en Sudá- frica suele haberlos en actos así–, a las diez de la mañana, hora española, el Nkosi Sikelel’ iAfrika erizará los primeros vellos del día. El himno sudafricano iniciará una serie de parlamentos y homenajes a Madiba. Empezarán los más cercanos. Su amigo íntimo y activista antiapartheid Andrew Mlangeni, que estuvo en Robben Island con Mandela, dará paso al portavoz del clan Madiba y a cuatro nietos de la familia. Después vendrá el momento de la política. Los portavoces de las Naciones Unidas y la Unión Africana hablarán al público y, justo después, será el turno de la comitiva foránea. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, empezará una ronda de homenaje que seguirá con los mandatarios de Brasil, China, Namibia, India y Cuba. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, será el