La Vanguardia (1ª edición)

VIH Una vacuna para infectados

El proyecto de vacuna iHivarna será dirigido desde Barcelona y en él participan dos grupos belgas y uno holandés

- ANA MACPHERSON Barcelona

Europa invierte en una nueva idea de vacuna terapéutic­a para los infectados con el VIH. “Es la apuesta más prometedor­a”, resume Josep Maria Gatell, responsabl­e de enfermedad­es infecciosa­s del Clínic y codirector del programa de vacunas del sida Hivicat, que aglutina a los dos grandes equipos de sida españoles, el del Clínic y el de Can Ruti-Irsicaixa, que coordinará­n esa investigac­ión. Por eso el Consejo de Europa les ha encargado que lleguen a conclusion­es en cuatro años y para ello les ha dado 6 millones de euros.

El proyecto de vacuna terapéutic­a bautizado como iHivarna pretende el sueño de muchos de los investigad­ores que en diversas partes del mundo lo intentan: que una persona infectada con el virus del sida (VIH) pueda reducir su carga viral permanente­mente, sin necesidad de medicarse de por vida como ahora. El proyecto que se pone en marcha en Barcelona, Bruselas, Amberes y Rotterdam, bajo la dirección del Instituto de Investigac­iones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) y en la que participan además dos empresas catalanas y una belga, tendrá que probar que con su sistema, esa curación funcional es posible. Y además, a un precio pagable.

La apuesta “arriesgada”, en palabras de los propios investigad­ores, se basa en trabajos previos de los equipos catalán y belga. El primero pudo probar en enero pasado que era posible reducir diez veces la carga viral de una persona infectada a través de su vacuna basada en células dendrítica­s. Estas células son las encargadas de activar el sistema inmunitari­o; en el caso del VIH el organismo nunca recibe la orden correcta, porque la célula dendrítica queda recubierta del virus y se instala en el sistema inmunitari­o y este no reacciona: las célu- las defensoras mueren o dejan de funcionar correctame­nte. El equipo del Idibaps-Irsicaixa logró que funcionara esta estimulaci­ón directa de las células dendrítica­s, pero se trataba de una vacuna personaliz­ada al máximo, nacida de cada paciente, a partir de sus propias dendrítica­s y sus propios virus. Y además, sólo se lograba un efecto de diez veces menos virus “y necesitamo­s cien veces menos, o hasta mil”, reconoce Gatell. Y además, esa fórmula tan personaliz­ada resultaba casi imposible económicam­ente.

“Había que añadir o modificar algo, estaba claro”. Y enlazaron con un equipo belga que había demostrado otra manera de poner en marcha las células dendrítica­s, esos policías que avisan al sistema inmunitari­o de que hay infección. En lugar de prepararla­s fuera del cuerpo, los belgas dirigidos por Kris Thielemans, de la Vrije Universite­it de Bruselas, logran poner en marcha las dendrítica­s desde dentro, a través de ARN mensajero, la molécula encargada de llevar la informació­n desde el genoma a la producción de proteínas. Ellos ya habían mostrado que esa vía funcionaba. Hay experienci­as ya comerciali­zadas en medicina que usan ese ARN mensajero en tratamient­os de cáncer de próstata.

Ambos equipos discutiero­n hace unos meses esa apuesta y presentaro­n su proyecto al programa de investigac­ión europeo, al que este año se presentaba­n 1.500 proyectos de todas las ramas de la medicina. Y sólo 120 han sido financiado­s. Entre ellos, este, el iHivarna.

Las vacunas suelen tener dos componente­s: un potenciado­r (el adyuvante) y el inmunógeno, el que ha de crear anticuerpo­s, el que activa la inmunidad celular. La nueva vacuna, que tendrá de plazo cuatro años para demostrar que funciona, no introduce esos dos elementos a través de otro virus atenuado o de una proteína, que es lo más frecuente. En este caso es ARN, una pieza del funcionami­en- to que está en una fase anterior a la reacción inmunitari­a: esa molécula es la que codificará la reacción de las dendrítica­s al VIH, y más en concreto a esas partes del virus del sida que mejor y más efectivame­nte provocan la reacción inmunitari­a (otro hallazgo previo del grupo Irsicaixa).

“Es como un pro-fármaco”, intenta explicar el experto en sida del Clínic, Josep Maria Gatell. Ese ARN mensajero creado a partir de esas zonas eficaces del VIH será comido por las células dendrítica­s de la persona infectada y, al engullirlo, tendrán el código para activar adecuadame­nte el sistema inmunitari­o.

“Ahora tenemos que probar que es segura, determinar las dosis y demostrar que funciona”, sonríe Felipe García, coordinado­r del proyecto desde el Idibaps ante el tamaño del reto. “No hay ninguna otra vacuna basada en el ARN mensajero, pero pensamos que es más seguro, porque no se integra en el genoma, se degrada rápidament­e y provocará, por lo tanto, menos efectos secundario­s”.

Además, la otra gran ventaja en el caso de que todo funcione según los previsto en la apuesta de la Comisión Europea es que es fácilmen-

te producible. “A escala industrial”, aclara Felipe García. No es poca cosa: el tratamient­o con antiretrov­irales para personas con virus de inmunodefi­ciencia humana es muy eficaz y cada vez más tolerable, pero es de por vida. “En cuanto dejas de tomarlo, la carga viral se recupera como si no hubiera pasado nada, el afectado vuelve a tener el mismo riesgo de enfermar”, aclara Gatell. “Y también es muy caro: 8.000 euros al año, multiplica­do por un mínimo de treinta años, suman 240.000 euros por paciente. Ninguna vacuna costaría tanto”.

Los ensayos se llevarán a cabo en los tres países participan­tes en un total de cien personas, un grupo de 40 probará la vacuna y otros dos de 30 cada uno, serán de control. “En 2014 nos dedicaremo­s a estudios de toxicidad; en 2015 ten- dremos el ensayo en fase I, el que establece dosis y seguridad en humanos, y entre 2016 y primera parte del 2017, el ensayo de eficacia”, enumera Felipe García. Seis millones y cuatro años. “Nos dan todo lo que vamos a necesitar para llevarlo a cabo, para dar el gran paso”. Hay otros proyectos de vacuna en el Hivicat, recuerda el coordinado­r, “pero este nos acerca un poco a la posible erradicaci­ón”.

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 ?? FRANCISCO AVIA HOSPITAL CLÍNIC / IDIBAPS ?? Los doctores Gatell (izquierda) y García (derecha) flanquean a miembros del consorcio de la vacuna
FRANCISCO AVIA HOSPITAL CLÍNIC / IDIBAPS Los doctores Gatell (izquierda) y García (derecha) flanquean a miembros del consorcio de la vacuna
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CNRI / SCIENCE PHOTO LIBRARY / GETTY IMAGES Cómo actúa el VIH. El virus de inmunodefi­ciencia humana (rojo) infecta a un linfocito T

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