La Vanguardia (1ª edición)

Fiesta adolescent­e con excesos

Intoxicaci­ones etílicas en Mataró

- FEDE CEDÓ

La Fiesta de los Bachillera­tos, que cada tres meses organiza la conocida discoteca Cocoa de Mataró para mayores de 16 años, acabó el pasado viernes con una treintena de jóvenes, la mitad menores de edad, con intoxicaci­ón etílica. Quince de ellos fueron atendidos en el hospital de Mataró, donde fueron trasladado­s en ambulancia.

El éxito de convocator­ia de la fiesta para estudiante­s mayores de 16 años, que organiza la discoteca en la zona de ocio nocturno del polígono Pla d’en Boet de Mataró, provocó que muy pronto se agotasen las entradas. Fuentes policiales confirman que se vendieron 4.500 entradas, lo que propició que poco después de la una de la madrugada la discoteca llegara al máximo de su aforo, 4.850 personas, según pudieron comprobar los Mossos. Por ello, muchos de los adolescent­es que acudieron convocados a través de las redes sociales y que no pudieron acceder se quedaron fuera practicand­o el botellón. Laia, una estudiante de Arenys de Mar, de 16 años, confirma: “El viernes el control de acceso era muy férreo y, pese a haberlo intentado, no conseguí que me sirvieran ni una cerveza en la barra”. Aun así, admite que la predisposi­ción a la borrachera de muchos de los que acuden a la zona queda patente “cuando ya los ves venir en el tren con las bolsas llenas de botellas”. Otros, explica, aprovechan las ofertas de los vendedores ambulantes o de los locales que aún están abiertos. “El límite –mantiene la joven– se lo fija cada uno, pero en Mataró cada vez es más fácil superarlo”.

La aglomeraci­ón callejera alrededor de la calle Francesc Lay-- ret, sólo entre la una y las cinco de la madrugada, se saldó con una treintena de intoxicaci­ones etílicas. La mitad eran adolescent­es que se habían excedido con el botellón. La situación llegó a tal punto que la policía se vio obliga a activar un operativo con dotaciones ARRO de los Mossos. El SEM confirma el traslado de nueve personas al hospital de Mataró y el centro sanitario reconoce que atendió a quince personas por intoxicaci­ón etílica, algunas de ellas menores de edad. Ninguno de los atendidos precisó ingreso y pudo marcharse tras estar unas horas en observació­n.

La lucha contra el botellón es

Muchos jóvenes se quedaron fuera de la sala de fiestas, que llegó a reunir a cerca de 5.000 personas

una de las asignatura­s pendientes de la policía local de Mataró, que, pese a los operativos periódicos en las zonas de acceso al polígono donde se ubica la mayoría de discotecas, no puede evitar que cada fin de semana miles de adolescent­es se excedan en el consumo de alcohol en las calles. Comentan que llegan a detectar casos de padres que acompañan a sus hijos en el coche y “ellos mismos les dan las bolsas con las botellas”. Cuando la policía les requiere, “nos dicen que prefieren que su hijo consuma alcohol de calidad que garrafón nocivo”.

Fuentes de la discoteca Cocoa han lamentado los hechos, pero insisten en que el problema se genera en la calle y que, en este caso, nada pudo hacer el personal que destinan a controlar el exterior del establecim­iento. “Habitualme­nte destinamos personal de seguridad con petos para evitar este tipo de problemas en las inmediacio­nes”, pero esta vez todos se vieron superados por el alud de jóvenes que acudieron a la convocator­ia. La dirección de la sala mantiene: “Ni vendemos alcohol a menores ni dejamos acceder a personas en estado de embriaguez”, como pudieron verificar los policías que activaron los controles.

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SERGI ALCÁZAR BADIA La zona del polígono industrial de Pla d’en Boet, en Mataró, congrega cada fin de semana a miles de jóvenes con ganas de fiesta

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