¿Qué les duele a los catalanes?
La población catalana tiene una buena percepción de su estado de salud y valora en positivo los servicios sanitarios. Son dos de las principales conclusiones de la Enquesta de Salut de Catalunya 2012, que además registra un aumento de la cronicidad y alerta de la incidencia del exceso de peso.
La principal causa de muerte en Catalunya es el cáncer. Pero de cerca le siguen las enfermedades del aparato circulatorio, que hasta hace muy poco tiempo ocupaban el primer lugar en la clasificación. Las defunciones ocasionadas por este grupo de dolencias, así como las que se asocian a las enfermedades respiratorias y las neurológicas, suelen desencadenarse como consecuencia de patologías crónicas, prolongadas en el tiempo. Y es que, según la Enquesta de Salut de Catalunya 2012 –elaborada por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya y publicada este año–, hasta el 37,2% de la población padece ya alguna enfermedad o problema de salud crónico. El porcentaje ha ido en aumento en los últimos años como contrapunto al in- cremento de la esperanza de vida de los ciudadanos. Porque la incidencia de la cronicidad crece con la edad: cuanto más envejecida está la población, mayor protagonismo de las enfermedades crónicas.
Este tipo de males –de evolución muy larga y que suponen el paulatino deterioro de las funciones de los enfermos– afectan al 40,1% de las mujeres y al 34,3% de los hombres. Los principales trastornos detectados por el estudio están relacionados con las enfermedades del aparato locomotor –dolor de espalda o dorsal y cervical, artritis o reumatismo– y las del circulatorio –presión alta, colesterol, varices en las piernas o mala circulación de la sangre–, además de la depresión o la ansiedad y de las alergias crónicas. Muchas de estas enfermedades son, de hecho, de las que más se quejan los encuestados. No en vano, “son las que duelen: el dolor articular, muscular, de los huesos; el de la artrosis, la artritis o el dolor de espalda; enfermedades crónicas que no tienen cura, pero sí tratamiento, y que en nuestra sociedad se están convirtiendo en de larguísima evolución”, apunta Ricard Tresserras i Gaju, subdirector general de Planificación Sanitaria. La atención a los enfermos crónicos –gente mayor, en su mayoría, y afectada en no pocas ocasiones por diferentes dolencias crónicas simultaneas– constituye uno de los mayores retos del sistema sanitario catalán. El plan de salud catalán trata de darle respuesta con el denominado Plan de Prevención y Atención a la Cronicidad.
EL PROBLEMA DEL SOBREPESO
La encuesta corrobora al exceso de peso como otro de los principales retos de la sanidad catalana: casi la mitad de la población de entre 18 y 74 años –el 49%– lo padece, ya sea en forma de sobrepeso –que afecta al 35,2% y es más habitual en hombres que en mujeres: entre ellos, se registra en un 42,5% de los casos, por sólo un 27,7% entre ellas– o de obesidad –detectado en un 13,8% de la población
mencionada y que incide de manera similar en ambos sexos–. El exceso de peso –un factor de riesgo que puede desencadenar patologías tan nocivas como las cardiovasculares o el cáncer–, registra unos niveles especialmente preocupantes entre la población más joven: hasta el 34,5% de los niños y las niñas de entre 6 y 12 años pesan más de lo que deberían.
El problema del exceso de peso constituye, por todas las consecuencias que desencadena en la salud, un reto para la Administración. “No estamos hallando la solución. Lo enfocamos todavía desde un punto de vista clínico y preventivo, persona a persona, cuando seguramente el problema requiere una intervención masiva”, apunta Tresserras, quien reconoce la dificultad que tienen las campañas de sensibilización a la hora de llegar a los ciudadanos: “Somos una gota de agua en el océano del mercado mediático. Con tantos mensajes, ninguno de ellos acaba penetrando demasiado. Y si estos implican, además, un cambio radical de aptitud personal y de hábitos, es más difícil que cuajen, más que los cambios relacionados con el consumo –de ropa, de ocio...”.
LA NECESIDAD DE SEGMENTAR EL MENSAJE El componente socioeconómico del estudio –tiene en cuenta, además del sexo y la edad, la situación económica y el nivel de estudios de los encuestados– ha de permitir segmentar los mensajes que se manden a la población. “No le podemos decir lo mismo a todo el mundo. Una campaña de mensaje único es como matar moscas a cañonazos”, apunta Tresserras. Y es que los indicadores de salud y de uso de los servicios sanitarios muestran diferencias en función de todos estos condicionantes. Con la edad, por ejemplo, aumenta el sobrepeso, la obesidad o las enfermedades crónicas. Las mujeres sufren más de dolencias crónicas y tienen más probabilidades que los hombres de padecer trastornos mentales, además de recurrir más a los servicios sanitarios y a los medicamentos. Y las clases desfavorecidas, así como las personas con menos estudios, tienen hábitos no saludables en mayor proporción y presentan una peor percepción de su salud, aunque sean quienes utilicen más los servicios sanitarios.