EL PERFIL DEL COMPRADOR COMPULSIVO
Las mujeres triplican a los hombres en esta tendencia a comprar compulsivamente para mitigar sensaciones de insatisfacción, según datos del Programa de prevención y tratamiento de problemas personales relacionados con la adicción al consumo, hábitos personales de compra y sobreendeudamiento de la UE. No obstante, lo que predispone más a la adicción a las compras, no es tanto el género, sino la edad, aclara la psicóloga Anna Sangles: “los jóvenes son más sensibles a este tipo de adicciones porque consideran el ir de compras como una actividad en sí misma placentera y agradable. Además, tienen un nivel más alto de adicción a los estímulos de compra y, al mismo tiempo, su nivel de autocontrol económico es inferior al de los adultos”. ¿Y cuándo el comprar pasa de ser una mera afición a una dependencia? Ocurre cuando la persona presenta tres rasgos; cada vez necesita consumir más para lograr la misma emoción, si no puede comprar padece síndrome de abstinencia y ha perdido el control para frenar su consumo. Los aparatos electrónicos, los teléfonos móviles, la ropa, los zapatos y los bolsos son los productos que más suelen “fascinar” al comprador compulsivo. Quienes padecen esta adicción los adquieren sin control. Es bastante habitual que los acumulen incluso sin estrenar y también que, a los pocos minutos de comprarlos, sientan cierta vergüenza y culpa e intenten esconderlos o destruirlos. Ese sentimiento negativo les empuja otra vez a comprar y entran en una espiral “de la que difícilmente se puede salir sin la ayuda de un especialista”, asegura Sangles.