‘La princesa triste’ de Japón promete recuperarse
La princesa Masako, esposa del heredero al trono de Japón, el príncipe Naruhito, prometió ayer a los japoneses que proseguirá sus esfuerzos para superar la depresión que sufre desde hace una década hasta conseguir la “recuperación total”. La princesa triste, como la llaman cariñosamente los nipones, anuncio su firme decisión de curarse a través de un comunicado de la casa imperial publicado con motivo de su 50.º aniversario.
Masako dio a entender que su estado de salud ha mejorado en los últimos meses y expresó su voluntad de seguir haciéndolo en el futuro. “He tratado de cumplir con mis deberes públicos y privados en la mayor medida posible este año y continuaré esforzándome para lograr una recuperación total”, afirmó la esposa de Naruhito.
Con estas declaraciones, la princesa sugiere nuevos progresos en su salud. Una mejoría que tuvo sus primeros reflejos la pasada primavera. Entonces, Masako sorprendió a los japoneses al viajar a Holanda para asistir a la coronación del rey Guillermo Alejandro. Fue su primer viaje oficial en once años, lo que elevó el optimismo en torno a su recuperación.
Un desplazamiento, que fuentes cercanas a la casa impe- rial aseguran que tuvo un impacto positivo en la princesa y su confianza y su salud mejoraron a raíz de este viaje. No obstante, desde entonces mantiene un perfil público muy bajo.
Ejemplo de ello fue que no acompañó a Naruhito en su viaje a España, en junio. Un evento con el que se inauguró el Año Dual España Japón, que conmemora 400 años de relaciones entre los dos países.
“Su recuperación sigue de manera lenta pero segura”, dijo ayer un portavoz del equipo médico de la familia imperial, en una rueda de prensa con motivo del 50 aniversario de Masako, según Kyodo. “Su salud aún está en proceso de recuperación. Demasiada expectación podría tener un efecto adverso”, dijeron las mismas fuentes.
El estado de salud de Masako ha sido motivo de especial atención desde que la casa imperial revelara en el 2003 que sufría una depresión inducida por estrés. Un estado de tensión que algunos observadores achacan a las rígidas normas de protocolo de la familia impe- rial. A ello pudieron sumarse las fuertes presiones para tener un hijo varón que perpetuara la línea sucesoria en el trono del Crisantemo en un país donde rige la ley sálica. Un apremio que disminuyó cuando en el 2006 el hermano menor de Naruhito, Akishino, y su mujer Kiko trajeron al mundo al príncipe Hisahito.